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Discurso del Comité 68 en evento de Gandhi.

Comité 68

Pro-Libertades Democráticas, A. C.

 México, D. F., a 2 de octubre de 2006.

2 de Octubre del 2006 en el Monumento a Gandhi.

Discurso de Raúl Álvarez Garín en nombre del Comité 68

 

Para mí en lo personal y para mis compañeros del Comité 68 es un honor y un alto compromiso participar en esta acción internacional que se despliega simultáneamente en nuestro país, México, y en las localidades en donde Mahatma Gandhi vivió y desarrolló muchas de sus más significativas actividades.

            Quienes concibieron y organizaron este acto, y quienes hemos estado participando desde sus preparativos, lo vemos como una experiencia cargada de significados emocionantes y contrastantes. En efecto, el 2 de octubre se conmemora con alegría el nacimiento de Gandhi en la India en el año de 1869; en tanto que en México recordamos el 2 de octubre con dolor porque en el año de 1968 sufrimos sucesos de extrema violencia en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Realizar un acto simultáneo, en los extremos de un diámetro planetario, y mediante un mandala de tierras, es una manera de enfatizar una comunidad de esfuerzos, de propósitos y esperanzas, en particular una vía para acceder a la identificación de los opuestos.

Otras analogías y contrastes menos inmediatos también merecen resaltarse porque dan pie al tema y propósito de este acto: la trayectoria política pacífica de Gandhi se vio violentamente truncada con su asesinato. Lo mismo sucedió con el movimiento estudiantil mexicano que fue atajado con una acción de brutal violencia que dejó decenas y quizá centenares de víctimas fatales.

Con los criterios despiadadamente pragmáticos hoy prevalecientes respecto al éxito o fracaso de las actividades y proyectos políticos que se emprenden, hay quienes, con enorme incomprensión, suponen que las acciones de Gandhi y las del movimiento estudiantil de 68 fueron "derrotadas" porque no lograron en ese preciso momento sus objetivos. Sin embargo el tiempo ha demostrado que la muerte violenta de Gandhi así como la represión en contra del pueblo de México fueron verdaderamente ineficaces en su propósito de destruir a la oposición, y que por el contrario, potenciaron notablemente los ánimos, las convicciones, las ideas y la disposición de lucha.

La eficacia de la filosofía política de la resistencia civil pacífica y de la no violencia impulsada por Gandhi es innegable si consideramos -entre sus más notables resultados- la independencia de la India. El movimiento estudiantil mexicano en el año de 1968 desplegó una variedad de acciones políticas pacíficas para enfrentar la violencia gubernamental desatada para sofocar cualquier manifestación de descontento, la más notable de ellas fue la Manifestación Silenciosa. La eficacia política de las acciones de oposición civil legal y pacífica de los estudiantes mexicanos en el año de 68 fueron vistas por el gobierno de la época con impotencia y desesperación, por lo que respondió con medidas brutales de fuerza para asegurar la destrucción de los opositores, por eso se configuró un muy grave delito penal internacional.

La impunidad de la que, hasta este momento, han gozado los responsables de la política represiva, ha mantenido la amenaza de violencia en contra de las manifestaciones de inconformidad por cuestiones sociales y políticas. En México se ha vivido con esta amenaza permanente. Para superar la situación y llegar a un estado diferente de relación social y política en donde los conflictos transcurran y se resuelvan sin recurrir a la violencia, estamos empeñados en lograr la acción de la justicia.

 Como se sabe el concepto de ahimsa, con sus múltiples significados, forma parte del patrimonio cultural de la India y subyace en la filosofía política de Gandhi, y también en varias de las doctrinas y los cultos religiosos orientales más importantes. Ahimsa se ha traducido como no violencia porque esa acepción da cuenta de uno de sus significados más generales. Sin embargo, en la cultura y los modos políticos occidentales esa traducción ha dado lugar a interpretaciones restrictivas y hasta equívocas del concepto. Los especialistas no han encontrado hasta el momento una solución al problema de su traducción, pero han adelantado mucho con descripciones amplias de sus significados. En efecto, ahimsa es el respeto por la vida en sus diversas manifestaciones, y en consecuencia la no violencia, la decisión de no producir daño a ninguna de las formas de vida es un imperativo de la conducta moral de los humanos. Ahimsa es también el respeto a la vida y a los elementos que la hacen posible, tierra, agua, aire, fuego y espacio de manera integral, en todos sus aspectos, no sólo biológico, sino también psicológico, político, moral, etc. Esto se puede comprender en occidente si se hace referencia a la "calidad de vida", un concepto de dimensiones meta biológicas que hoy está muy difundido.

Referir el concepto a la calidad de vida ayuda a comprender el carácter cambiante de sus diversos significados en función de la realidad social concreta de cada momento histórico. Precisamente por eso, por su carácter histórico, la práctica del ahimsa es un proceso de perfeccionamiento humano.

De acuerdo a la filosofía de Gandhi, la no violencia como método de acción política se fundamenta y corresponde a la naturaleza moral de los humanos, la cual se expresa en las acciones de solidaridad desplegadas por los pueblos del mundo, motivados por la compasión. Pero en algunas sociedades que han sido sujetas a ciertas formas de colonización, se anteponen realidades culturales y hasta prejuicios que dificultan la comprensión rigurosa y precisa del término compasión, porque éste ha sido identificado con expresiones despectivas del dominador respecto a la vulnerabilidad del dominado. Las expresiones falsamente compasivas chocan con la disposición de los pueblos a mantener la resistencia contra la opresión, demandando en primer lugar el respeto a sus condiciones culturales, y rechazando una actitud de solidaridad mal concebida, de falsa filantropía y de naturalización de la supuesta diferencia de capacidades. "No me compadezcas" es una reclamación de orgullo y de dignidad de los mexicanos. "De qué van a perdonarnos" expresan con desafío las comunidades chiapanecas en rebeldía.

            En México el adjetivo condicionante de dignidad está asociado a numerosas reclamaciones que adquieren un nivel de significación trascendente. En efecto, la solución a la insurrección indígena de Chiapas se expresa con la divisa de "Paz con Justicia y Dignidad". Las movilizaciones de los pueblos de Oaxaca, que en estos momentos están conmocionando a México, reclaman soluciones dignas. El movimiento cívico que reclama medidas para revertir el fraude electoral, actúa motivado por exigencias de respeto y dignidad a la soberanía del pueblo. Y en el terreno social se reclaman salarios dignos, vivienda digna, servicios médicos dignos, y así sucesivamente....

            Las iniciativas de resistencia pacífica de Gandhi están impregnadas de una profunda comprensión del valor de la dignidad humana, y encuentran su eficacia precisamente en proporción directa a los riesgos que conllevan las acciones de resistencia ante la violencia gubernamental que busca degradar la condición humana y la autoestima de los inconformes, como sucede sistemáticamente en las prisiones de Abu Grahib en Irak, en Guantánamo; y en los penales de alta seguridad mexicanos.

            La dependencia mutua, la interconexión y las determinaciones de los diferentes aspectos de la filosofía política de Gandhi -como son la relación entre la conciencia y el valor personal para luchar por convicciones profundas-, las  relaciones entre la no violencia y la política, entre la lucha y los métodos pacíficos de la misma, son aspectos que requieren de explicaciones precisas para comprenderlos a cabalidad, porque se trata de valores humanos construidos en condiciones muy difíciles de desequilibrio de fuerzas y de propósitos trascendentes y de afectación de intereses económicos y políticos de alta magnitud. Por eso la práctica y la adopción de la filosofía política de Gandhi, es considerada como un referente de la aspiración del perfeccionamiento humano.

Las ideas filosóficas y políticas de Gandhi se mantienen como una referencia sustancial para los grandes problemas mundiales de nuestra época. Pero en nuestro país, en México, las reflexiones de orden cultural y de filosofía política derivadas de nuestra experiencia, difícilmente encuentran atención en los foros internos, nacionales, avasallados por el pragmatismo político. Por esto también agradecemos a Sabarmati Ashram y a la Universidad Gujarat Vidyapith, -Centro de Investigaciones para la Paz y la no Violencia- la oportunidad que nos dan de expresar nuestras ideas, de reivindicar nuestra convicción respecto a la eficacia de la no violencia y de reafirmar nuestra confianza en el poder transformador de la moral política y la solidaridad humana.

 

San Luis Potosí 98, Col. Roma Norte, C.P. 06700, Delg. Cuauhtémoc

Tels. 5264-5297, 5264-5303 y Fax. 5574-3752

 

1 comentario

goldi -

muy bueno que suban este tipo de cosas , son poo interesantes para muchos... pero en algun momento hacen falta a la hora de estudiar , muchas gracias!