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EXIGEN LES SEAN DEVUELTAS SUS TIERRAS.

 

Exigen indios tepehuanos posesión legal de tierras

 

Propone la SRA comprar predios para entregárselos

Exigen detener explotación forestal en la Tarahumara

MIROSLAVA BREACH VELDUCEA CORRESPONSAL / La Jornada

Baborigame, Municipio de Guadalupe y Calvo, Chih., 18 de abril. Al menos 400 tepehuanos, ancianos, adultos y niños, reclaman a las autoridades agrarias que se les reconozca el derecho de posesión del predio Mala Noche, de 3 mil 500 hectáreas, el cual hace 40 años fue entregado en título de propiedad privada sin tomar en cuenta los asentamientos de familias indígenas que han vivido ahí por generaciones.

Perdido en un paraje boscoso de la sierra Tarahumara, cerca de los límites entre Chihuahua y Sinaloa, dicho predio es disputado por los tepehuanos, quienes proclaman su derecho a la tierra en la que vivieron sus ancestros, y cinco familias mestizas que heredaron los terrenos de Petra Carrillo de Loya, quien las recibió del gobierno federal hace cuatro décadas, pasando por alto el derecho de los posesionarios originales.

Ahora los tepehuanos insisten en recuperar esas tierras, donde han edificado sus casas y una escuela a la que acuden más de 50 niños de primaria y prescolar, y están empeñados en que no sea talado el bosque de pinos, explotado por los herederos de Carrillo.

Manuel Torres Ayala, patriarca de la comunidad indígena, ubicada en una de las zonas más aisladas y agrestes de la sierra Tarahumara, dice que durante años las autoridades agrarias ignoraron las gestiones que la etnia ha realizado a fin de que se reconozcan sus derechos de posesión.

''Tenemos muchos años con este problema, más de 40. Aquí queremos vivir; ha sido nuestra casa y la de nuestros mayores. Nosotros aquí estamos, no llegamos de Baborigame a cortar pino'', explica el líder indígena ante funcionarios federales, entre ellos el subdelegado jurídico de la Procuraduría Agraria (PA), Jesús Leyva, y la abogada de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indios, Guadalupe Gándara, quienes arribaron a la comunidad para atender el añejo litigio.

En asamblea, el dirigente de los tepehuanos informó de los avances logrados en los dos años recientes para destrabar el embrollo legal creado por las dependencias que ignoraron a los indígenas al momento de entregar a los mestizos las tierras y el centro ceremonial.

El conflicto data de los años 60, cuando Petra Carrillo de Loya pidió la desincorporación de bienes de la nación para quedarse con el predio Mala Noche y declaró ante las autoridades agrarias que nadie vivía en esas tierras. Sin embargo, estaban y siguen habitadas por indígenas.

Desde entonces, Santos Loera Bejarano, tepehuano de 90 años de edad, ha visto cómo sus hermanos, hijos, nietos y bisnietos han batallado para que se les reconozcan los derechos.

En 1981, miembros de la etnia iniciaron la batalla legal para que se les entregue en dotación la tierra donde han vivido, y además de las trabas jurídicas en los tribunales, sufren presiones de las familias mestizas que se dicen propietarias legales del predio y se benefician del aprovechamiento forestal.

En esta zona de la sierra Tarahumara la gente es brava. Por eso no es extraño que la presión derive fácilmente en amenazas y se corre el riesgo de violencia.

Hace unos días, en plena asamblea de la comunidad indígena, irrumpieron Cirilo Carrillo, Crisóforo Hernández, Otilia Carrillo, Clodomiro Carrillo y Francisco Cázarez, quienes exigieron información sobre la reunión y una explicación sobre la presencia de funcionarios de la PA.

El subdelegado jurídico Jesús Leyva informó que el asunto se encuentra en trámite en la Comisión de Elegibilidad de la Secretaría de la Reforma Agraria, donde se decidirá si se compra el predio a los actuales propietarios legales para entregarlo a los indígenas. ''Esa sería la salida más sencilla y recomendable'', apuntó el funcionario.

Para algunos de los propietarios legales del predio Mala Noche la propuesta resulta atractiva: ''Sacaríamos algo, antes de que haya más problemas'', señaló Francisco Cázarez, uno de los rancheros que heredaron la propiedad en litigio.

 

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