El imperio de la mafía

De la Revista Proceso 

México, D.F., 21 de agosto (apro).- A propósito de que las organizaciones ultraderechistas El Yunque (la cual controla el sector privado y la Iglesia católica) y Los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) están decididos a todo “para proceder con violencia contra Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes”, cabe destacar la serie televisiva El imperio de la mafia, que se proyecta en el canal de paga Infinito.

La asociación es válida. Los gángsters nunca tienen piedad y están dispuestos a todo. Están asociados con políticos, con la Iglesia, con grupos financieros…

Por ello, son interesantes los documentales que presenta Infinito (canal 221 por SKY y 43/157 por Cablevisión) porque muestran el sombrío mundo de los capos, desde sus oscuros orígenes hasta nuestros días. La serie comenzó el 6 de agosto y finalizará el 27 d este mes. Se proyecta todos los domingos a las 20 horas y se repite los viernes a las 19 horas.

Son reportajes interesantes, periodísticos, y con una amplia investigación, características ya raras en programas de la pantalla chica.

El primer capítulo narró la dramática historia del ítaloestadunidense John Gotti, ya fallecido. Fue tal vez el gángster más célebre y publicado desde Al Capone. Incluso, tuvo su portada en la revista Times. Usaba trajes de dos millones de dólares. Encabezó una de las más poderosas familias de Nueva York y se le llamó El Último Don. Aquí se habló de su rápido asenso al poder, su fama y su impunidad.

Luego, el 13 de agosto, tocó el turno a la familia Vendetta. Allí se destacó el crecimiento de la mafia italiana y su desembarco en Estados Unidos. La policía antimafia mostró los archivos secretos de esta organización. Además, crudos testimonios de sus protagonistas relataron las acciones más temidas y utilizadas por la mafia en el mundo.

¿Quién no ha escuchado sobre la mafia siciliana? Se han hecho películas y editado libros e infinidad de reportajes. La novela más famosa es El Padrino, de Mario Puzzo, llevada al cine en 1972 por Francis Ford Coppola.

A principios de la década de los ochenta se ignoraba todo acerca de esta enigmática sociedad secreta: ¿Quiénes la integraban? ¿Cuáles eran los requisitos de ingreso? ¿Quién y cómo tomaba las decisiones? Estas preguntas permanecieron sin respuesta hasta que varios de sus miembros aceptaron revelar a la justicia italiana los secretos de la agrupación.

El escritor más reconocido en el tema es Leonardo Sciacia. Después, Fabricio Calvi y Gaetano Mosca.

La mafia, organización criminal siciliana, surgió durante la primera mitad del siglo XIX en defensa de los intereses de los grandes terratenientes. En el XX se orientó al control de diversas actividades ilícitas (como el narcotráfico), en relación con la rama estadunidense de la organización, Cosa Nostra. Es un tema que aún no termina.

En abril pasado fue capturado Bernardo Provenzano, el capo más buscado en Italia, cerca de Corieone, en Sicilia. Tenía en sus manos las riendas de la Cosa Nostra y era el cerebro del narcotráfico y del lavado de dinero internacional, según el diario Il Corriere della Sera.

Para el próximo domingo el episodio estará dedicado a Buseta, también desaparecido. Fue un mafioso de alto rango, hasta que sus hijos y sobrinos fueron asesinados por la misma mafia. Entonces, decidió que su vida tomaría un giro completo y se convirtió en el testigo más importante contra las mafias italiana y estadunidense. Será novedoso ver cómo este hombre vivió bajo los códigos hasta que esos preceptos lo traicionaron.

El último documental que pasará al aire, el 27 de agosto, versará sobre el sacerdote católico apostólico y romano Luis Gigante. Como pastor, ha transformado una de las zonas más duras y castigadas de Nueva York. La prensa lo acusa de realizar obras de caridad con dinero de la mafia, porque su hermano Vicenzo es miembro de ésta. Sin embargo, los feligreses lo proclaman un santo.

Así termina la serie.

Ojalá y se realicen más reportajes de este tipo sobre dicha organización secreta, cuya actividad no cesa.