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El papel de la FLACSO-Ecuador

la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede Ecuador, bajo su director Adrián Bonilla y sus colegas de la Universidad de Miami, se ha convertido en un colaborador imprescindible, particularmente en el proyecto de la conversión de los ejércitos en ejecutores de los intereses imperiales y en la destrucción de la soberanía política de los Estados nacionales latinoamericanos

América Latina: los cuatro intereses estratégicos del imperialismo y el papel de la FLACSO-Ecuador (I)

Heinz Dieterich
Rebelión
Washington pretende imponer cuatro macrointereses estratégicos en América Latina: 1. Militarizar a la Patria Grande y convertir a sus Fuerzas Armadas en ejércitos pretorianos del Pentágono; 2. Destruir su soberanía política mediante la Carta Democrática Interamericana (CDI) y la certificación democrática anual de sus gobiernos; 3. Apoderarse de la Amazonia mediante la actualización neocolonial de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y el establecimiento de bases militares en ella, y, 4. Imponer el Área de Libre Comercio de las América (ALCA).

Dentro de la gran ofensiva desplegada por Washington para lograr esos objetivos estratégicos, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede Ecuador, bajo su director Adrián Bonilla y sus colegas de la Universidad de Miami, se ha convertido en un colaborador imprescindible, particularmente en el proyecto de la conversión de los ejércitos en ejecutores de los intereses imperiales y en la destrucción de la soberanía política de los Estados nacionales latinoamericanos mediante mecanismos de “certificación democrática” multilateral.

Lograr los cuatro objetivos estratégicos mencionados presupone la reestructuración modernizante pro-imperial de la arquitectura hemisférica heredada de la Segunda Guerra Mundial y de la “Guerra Fría”, configurada en el Tratado Interamericano de Defensa (TIAR) o Tratado de Rió (1947); la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), de 1948; el Tratado de la OTCA, de 1978 y los respectivos tratados comerciales.

Este megaproyecto de construcción de la nueva institucionalidad neocolonial interamericana ---que va paralelo a los megaproyectos de reordenamiento imperial de Medio Oriente, Asia Central y Asia suroriental--- requiere de enormes alianzas de poder, para ser exitoso. La FLACSO-Ecuador juega un papel subordinado, pero importante, dentro de esa alianza de poderes encabezada por la Casa Blanca, los complejos militar-industriales estadounidenses y sionistas, la National Defense University (NDU) estadounidense, las oligarquías latinoamericanas y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Los avances del nuevo panamericanismo imperial-modernizante han sido desiguales. En cuanto al ALCA, ha logrado tragarse a Norte- y Centroamérica y amenaza a consolidarse a través del Eje Presidencial Entreguísta (EPE) del Pacífico, con Uribe en Colombia, Gutiérrez en Ecuador, Toledo en Perú y Lagos en Chile. Los adelantos en las otras tres dimensiones son objeto de análisis de este ensayo.

1. El avance sobre la Amazonia

En lo referente a la OTCA, el imperialismo ha logrado avanzar silenciosamente sus intereses, desempolvando y reactivando a través de sus empleados políticos criollos el Tratado de la OTCA, casi olvidado, de 1978.

En marzo del 2004, los Cancilleres de los países miembros de la OTCA ---Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela--- designaron, por unanimidad, a la ecuatoriana, Doctora Rosalía Arteaga, como la primera Secretaria General de dicha organización, a partir del 1 de mayo de 2004, en una Secretaría General permanente en Brasilia, que acaba con la improvisación de las Secretarías pro tempore que caracterizaban el estado de hibernación anterior de la organización.

La gestión para lograr el apoyo de todos los países miembros a la candidatura de la Dra. Rosalía Arteaga, dice con orgullo una declaración oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, se efectuó “bajo la coordinación del Viceministro de Relaciones Exteriores Edwin Jonson”, abogado y especialista en Relaciones Internacionales por la Universidad Johns Hopkins, de Washington, D. C., y por la Academia de la Paz de Nueva York.

Y sigue: “La postulación de la ex–Vicepresidenta Constitucional de la República se enmarcó en la clara y coherente política del Gobierno Nacional… que ha venido trabajando en los últimos 25 años hacia la armonización de un modelo único de desarrollo (sic) que tome en cuenta las particularidades de la extensa región amazónica. En ese sentido, la asunción por parte del Ecuador, en la persona de la Doctora Arteaga, de la Secretaría Permanente de la Organización, -resultado de una eficaz política externa llevada a cabo por el Ministerio de Relaciones Exteriores, con el apoyo de la Embajada del Ecuador en Brasil-, es un importante reto porque liderará la aprobación, mediante un amplio debate al interior de los países amazónicos, del Plan Estratégico para el período 2004-2010; etapa fundamental no sólo para la consolidación de los logros alcanzados desde la firma del Tratado de Cooperación Amazónica sino, fundamentalmente para darle el giro cualitativo como un efectivo instrumento de integración y desarrollo, con la activa participación de la población amazónica.”

“Para hacer frente a este reto, el Gobierno Nacional, conformó la Comisión Nacional del Tratado de Cooperación Amazónica –CEPCA-, presidida por el Ministerio de Relaciones Exteriores e integrada por el Ministerio de Defensa Nacional y la Oficina Nacional de la Presidencia de la República. El Instituto para el Ecodesarrollo de la Región Amazónica Ecuatoriana –ECORAE-, ejerce como Secretaría Técnica.”

Los gobiernos de Lucio Gutiérrez en el Ecuador y de Alejandro Toledo en el Perú, no sólo son los dos gobiernos más proimperialistas en el hemisferio, sino también los que más sabotean todo intento de integración bolivariana de la Patria Grande, como confirma todo canciller progresista sudamericano en conversación privada.

El hecho de que el caballo de Troya andino-estadounidense, Doña Rosalía Arteaga ---que además de su función proimperial no ostenta mayores meritos personales para encabezar una misión de importancia mundial, como es el uso racional de las riquezas naturales de la Amazonia, la defensa de sus pueblos y de su latinoamericanidad--- haya sido nombrado por unanimidad (¡!) de ocho cancillerías latinoamericanas como Secretaria General del organismo, muestra el estado de descerebración en que se mueven las burocracias diplomáticas de América del Sur.

Salvo la diplomacia cubana, todo es improvisación, rutina conservadora y despolitización antipatriótica – un desastre comparado con los tiempos de oro de la diplomacia brasileña, mexicana y argentina. (Deseamos suerte al nuevo canciller venezolano, Jesús Pérez, en su difícil, pero vital misión de renovar al servicio diplomático venezolano, misión en la cual seguramente se pondrá particular atención en la situación en las Islas Canarias y en Holanda, entre otras.)

Habiéndose entregado el rebaño al cuidado de los lobos, los descalabros diplomáticos siguieron. En la VIII Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados miembros de la OTCA, en Manaos, Brasil, el 14 de septiembre, los delegados nacionales “acogieron con satisfacción” el ofrecimiento del gobierno peruano, para realizar la IX reunión de cancilleres de la OTCA en Iquitos, Perú, en septiembre de 2005, justo en un lugar, donde los militares estadounidenses tienen una base militar operativa y un centro de entrenamiento antiguerrillero para las fuerzas peruanas.

Asimismo decidieron “elevar a consideración de los Señores Presidentes de los Estados miembros” la oferta de Gutiérrez de que se realice la Cumbre Presidencial de la organización a comienzos del 2006 en Ecuador, y “celebran la aprobación del Plan Estratégico” de la OTCA, el cual define “los Ejes Estratégicos de Acción, las Áreas Programáticas e Instrumentos Operacionales para orientar las actividades de la Secretaria Permanente desde el año 2004 hasta el 2012”.

El Plan Estratégico logrado por el gobierno neoliberal ecuatoriano, que nunca pasó por el “amplio debate al interior de los países amazónicos”, es convenientemente oscuro en elementos claves de la construcción del futuro de la Amazonia, por ejemplo, la protección y explotación de la biodiversidad, pero muy claro en su orientación comercial. El desafío esencial de la Amazonia consiste “en convertir esta enorme riqueza natural de la región en su principal fortaleza competitiva, con base a la aplicación de los avances científicos y tecnológicos disponibles, que permitan … un nuevo enfoque sobre la administración de los recursos naturales y del medio ambiente (que) pueda generar importantes beneficios económicos a partir del desarrollo de actividades innovadoras en otros sectores promisorios para la generación y retención de la renta…”.

Debido a esas deficiencias del Plan, la representación venezolana en el Consejo de Coordinación Amazónica, manifestó en una reunión preparatoria del día 2 de septiembre, su intención de suprimir el párrafo que aprobaba el Plan Estratégico en el proyecto de la “Declaración de Manaos”. Los demás representantes no apoyaron la moción y señalaron que “la aprobación del mismo era indispensable, lo contrario mataría a la OTCA”. Lastimosamente, los delegados venezolanos cedieron al chantaje y firmaron “bajo reserva” la Declaración de Manaos, quedando en la incertidumbre para todos, qué significa “bajo reserva” en términos del derecho y poder internacional.

Otra bomba de tiempo que Doña Arteaga y el imperialismo lograron plantar en la Declaración de Manaos es el punto “39”, en el cual los cancilleres “deciden instruir a la Comisión de Coordinación del Consejo de Cooperación Amazónica (CCOOR) para que en coordinación con la Secretaria Permanente, elaboren propuestas y criterios para la posible participación de Observadores en futuras reuniones de la OTCA”.

Este párrafo abre la puerta a la entrada de las ONG´s, las organizaciones de la ONU, las fundaciones, las universidades y las empresas transnacionales, que en gran medida son instrumentos de biopiratería y del neocolonialismo estadounidense y europeo. Se trata, de hecho, de un paso más de las dos potencias mundiales, para expropiar a la Amazonia y convertirla, cual “pulmón verde de la humanidad”, en “patrimonio” de la misma, es decir, de las fuerzas dominantes.

Tuvo éxito parcial, por lo tanto, el lobbying de Doña Arteaga y su enérgica intervención en la reunión de los cancilleres, en la cual propuso que esas ONG´s y la “Cooperación Técnica Internacional” fuesen incluidos como “miembros colaboradores” en la misión de la OTCA. Se empezará con “observadores” y terminará con “miembros colaboradores”.

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