El Yunque, un ejército agazapado
México, D.F., 10 de octubre (apro).- Militante durante más de tres décadas de la clandestina y ultraderechista Organización Nacional del Yunque, que le impuso el seudónimo de “Enrique Cid”, Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma escribió un libro, El Yunque, cancerbero del poder, en el que narra a detalle lo que le tocó ver.
Miembro destacado del Frente Universitario Anticomunista (FUA), que tiene un estigma de violencia en Puebla, y fundador de Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), ambos organismos públicos con los que operó El Yunque, Paredes hace un análisis minucioso de esa organización actualmente, que define como “una gran agencia de colocaciones” en los gobiernos del PAN, partido en el que milita.
Con autorización del autor, Apro adelanta parte del epílogo de su libro, actualmente en proceso de edición:
La militancia por 33 años en la Organización Nacional del Yunque llena gran parte de mi vida. Las luchas contra la dictadura perfecta, la confrontación contra quienes escudándose en una ideología llevaron a nuestras universidades a la postración y a la mediocridad, la fundación de la Universidad Popular (Autónoma del Estado de Puebla), que además de surgir como una alternativa para la gente con ambición, representó una competencia que obligó a la superación de la universidad pública, la cátedra como el sitio para profundizar en el conocimiento y desarrollar el pensamiento, la independencia profesional y económica como indispensable forma de vida para desarrollar las inquietudes profesionales y políticas, la empresa y los cuerpos intermedios como el instrumento adecuado para influir, sumar influencias para constituir poder, concentrar poder para encauzar la historia…
Fuimos capaces de mostrar a la Familia Revolucionaria y al sistema que encabezábamos un ejército que pareció surgir de la nada y dispuesto a confrontar a un régimen que perdía la noción de sus límites. Les sugerimos lo que tanto temían, una nueva Cristiada. Así fue nuestro trayecto realizado en la clandestinidad política. Presenciamos el asesinato de compañeros y hermanos de lucha. Una Nochebuena Ramón Plata Moreno, al regresar del exilio, y Jorge y Kristo Kalfópulos, también a la puerta de su hogar. En ambos casos tuve estrecho contacto con quienes les eran muy cercanos y tenían que ver con su seguridad. Sus viudas, hijos y hermanos son mis amigos. Ocasionalmente fungí como guardaespaldas de compañeros que estaban amenazados. Nuestra lucha no fue sólo de discursos, que los hubo y muy buenos, conocimos los enfrentamientos a golpes y también con armas de fuego. Con orgullo presento varias cicatrices por heridas de bala. No recibíamos sueldo alguno, por el contrario, nuestros limitados bolsillos sostuvieron pertinazmente la lucha.
Al transformarse los escenarios políticos y culturales de México encabezamos las batallas del empresariado por mejores condiciones para emprender, producir y competir; influimos y conquistamos diversos estamentos del poder. Las clases medias nutrieron a la Organización. En barrios y colonias populares, en pequeños pueblos, encontramos e impulsamos a la gente sencilla, cuya sabiduría, fuerza y liderazgo darían un aliento vital a nuestros afanes. Indujimos a lo largo y ancho del país la rebelión electoral que en diecisiete años alcanzaría la alternancia en el poder.
Como oposición soportamos y evadimos todo tipo de amagos del autoritarismo priista. Nos sobrepusimos a sucesivas crisis económicas, superamos terribles desastres naturales. El viejo régimen se fue erosionando, sucesivas fracturas le hicieron cada vez más frágil y vulnerable. Supimos esperar. Vencimos siempre la tentación de la violencia. Fuimos sin duda un factor determinante para la alternancia que, siendo necesaria, no ha sido suficiente…
La Organización está replicando en otros países las experiencias vividas en México. Aplica el modelo con las variantes que cada uno exige. Con diferentes grados de avance el proceso incide ya y seguramente culminará con éxito en algunos sistemas políticos. Podrían ser Argentina, Brasil, Chile, Colombia, y por qué no España o Francia ¿Qué podría pasar en los Estados Unidos? Por mencionar sólo algunos casos. Mucho hay que conocer de la experiencia mexicana para aprovechar lo mejor de ella y para que no se repitan funestas prácticas que aquí se han adoptado.
En la medida que la Organización se fortalecía y avanzaba en el control de diversas instancias de poder, cuando ya había recursos para sostener una estructura, comenzó a dar sueldo a sus jefes intermedios. Estos comenzaron a tener capacidad de decidir sobre el futuro de sus subordinados. Fueron desplazando a quienes emitían una opinión incómoda o representaban una limitación a sus disposiciones, a quienes cuestionaban alguna decisión. Se rodearon de serviles aduladores, se fue perdiendo la visión estratégica. El liderazgo, la vocación de poder. El proceso se inició en los noventa, pero se ha manifestado con mucha mayor intensidad desde el inicio del primer régimen de alternancia.
El amplio control que tienen de la estructura del Partido Acción Nacional les ha permitido constituirse en los cancerberos del poder. Ellos han custodiado las puertas que dan acceso a los cargos de elección popular. También a cargos de tercer y cuarto nivel en el gobierno del presidente Fox y otros más en varios gobiernos estatales y municipales. Sólo dejan pasar a los “buenos” y para ellos los buenos son los “sumis” o sumisos, los que les obedecen. Así han domado a muchos que antes eran valientes guerreros, han criado semovientes incapaces de vivir fuera de la granja, de lo que consideran “su granja”…
Los que a su pesar hemos conquistado posiciones de poder y hemos ejercido éste con independencia, hemos sido combatidos con mucho mayor fiereza que quienes se supondrían sus adversarios reales. Para ello la Organización, sus jefes locales, con la connivencia primero y luego con el abierto apoyo de la jerarquía nacional, se ha valido de los instrumentos que construyó el viejo régimen, y para obtener de éstos el mayor provecho, se han asociado con los más conspicuos patrones del priismo autoritario y corrupto. No puede haber mejor espécimen para ilustrar esto que el “góber precioso…” (Mario Marín). Juntos han hecho todo por abolir la inteligencia…
Las oprobiosas prácticas adoptadas vulneran al sano funcionamiento del Estado mexicano en su conjunto y suscitan escándalos, se infama a personas y entidades y así se menoscaba la confianza de la gente en las instituciones de la República; la desconfianza es la principal causa de la pobreza y ésta limita los más elementales derechos humanos. Contrasto dos situaciones: a los periodistas les defiende un buen número de instancias nacionales e internacionales… encarnan a la libertad de expresión. A nosotros los políticos no hay quién nos defienda, menos cuando mediante campañas instrumentadas desde el poder y mediante comunicados oficiales que son ampliamente difundidos se han levantado todo género de sospechas. Entonces la gente así exacerbada clama justicia. No puede desarrollarse adecuadamente una democracia bajo estas condiciones, no puede haber una sana práctica de gobierno cuando las personas que ejercen alguna autoridad trabajan bajo estas amenazas, sin las menores garantías individuales. Espero estar destacando suficientemente la profunda analogía que existe entre esta mutilación a la democracia: limitar la libertad de expresión y amenazar sistemáticamente la seguridad jurídica de las autoridades democráticamente electas para someterles a oscuros poderes… Este es sin duda un asunto de seguridad nacional…
Casos como el que en esta obra se presenta, el de alguien que se manejó con autonomía frente a los dictados de poderes formales y virtuales se usan para escarmiento de todos los demás. Así se pretende someter a las autoridades emanadas de todos los partidos. Todos deben saber quién manda. Una vez comprendido esto, muchos pasan a jugar como los amos lo plantean: Pueden entonces pecar, no sólo tendrán permiso, sino perdón sin penitencia. Tendrán impunidad. Sólo es necesario que siempre pidan permiso… Al adoptar las prácticas y costumbres del viejo régimen, la Organización sucumbe cuando se funde y confunde con aquello que antes combatió.
La Organización así configurada y actuando de acuerdo con las exigencias del modelo político que adoptó, no se sitúa a la altura de lo que la historia le plantea. Queda lejos de participar realmente del poder. El presidente Fox tiene la sabiduría de dar a sus personeros impresionantes títulos nobiliarios, que los mantienen muy a gusto, pero lejos de las grandes decisiones, muy diferente a lo que pareció. El presidente Fox no gobernó con la Organización. Simplemente ha honrado su palabra y les ha cumplido dándoles chambas que les han hecho felices sin otorgarles la menor posibilidad de influir ni trascender más allá de algunos asuntos meramente burocráticos.
Al llegar el momento de la sucesión presidencial, un cataclismo sacudió a la Organización: inopinadamente Felipe Calderón Hinojosa conquista la candidatura del PAN a la Presidencia de la República. Con ello pierden el control de la campaña y toda posibilidad de influir en el próximo gobierno, siquiera lo poco que pudieron hacerlo con el presidente Fox. Su reacción es ayudar a Felipe, pero a perder, apostarle a adjudicarse los puestos que “sí se podían ganar…”, aunque para ello faltaran a sus compromisos con el Presidente y con el candidato. Fuerzan la máquina, se exhiben. La naturaleza humana y la naturaleza de las cosas se manifiestan, y de pronto todas esas oscuras prácticas que realizaban entre las sábanas las gritan desde el tejado. La autoridad moral de los jefes de la Organización, la “generosidad” de los domadores, yacen humeantes ante sus domados o domesticados prosélitos y ante la opinión pública. Paralelamente su capacidad de entorpecer la campaña de Felipe Calderón se vio neutralizada por la acción de algunos espíritus indómitos...
La tarea de la Organización durante la campaña de Felipe no correspondió a lo decisivo que fue en la de Vicente. Paralelamente se articularon liderazgos dispersos que habían sido vedados anteriormente. Me atrevo a afirmar que su control sobre los órganos directivos del partido se verá severamente disminuido en los próximos meses y que su influencia y capacidad para designar delegados federales y otros muchos cargos en la administración pública será limitada. No obstante que habrá Organización para rato, su capacidad de someter a las autoridades democráticamente electas se verá acotada. Pero hemos de estar atentos a lo que nos pueda plantear.
0 comentarios