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"El Astillero"

Astillero

Julio Hernández López

Rebasar por la derecha

Solecito Un secretario para la elite
Solecito Escarceos felipistas
Solecito Presidente maletero

Es imposible que, con el equipo de implacable derecha ilustrada que está formando, Felipe Calderón rebase a alguien por la izquierda. Agustín Carstens, que a partir de ayer queda enfilado hacia la secretaría de Hacienda del próximo gobierno blanquiazul, es una garantía de seis años más de continuidad económica creadora de riquezas y pobrezas extremas; la incorporación al felipismo de quien era considerado "el tercer hombre" en importancia del Fondo Monetario Internacional es lesiva para los intereses populares, en la misma medida en que produce vítores y reconocimiento de los grandes empresarios: unos se entusiasman por lo que a otros deprimirá; dime quién te aplaude para saber a quién beneficiarás.

La opción calderónica por Carstens lanza a los mercados especializados en tráfico de influencias una señal de buena voluntad. Nadie molestará a los ocupantes de los nichos sagrados de elusión fiscal y nadie castigará las maniobras sexenales de apropiación de la riqueza pública mediante tretas tecnócratas que diseñó, ejecutó y cobró la casta dorada apenas salpicada por casos como el de Isosa, o por las evidencias escandalosas de corrupción en ámbitos como el aduanero y, en especial, en la creación de recintos fiscales alternos entregados a protegidos de Francisco Gil Díaz y de los omnipresentes hermanos Bribiesca.

Otros nombramientos hechos ayer por el presidente electo auguran también continuidad neoliberal y gatopardismo político. De la mano de Carlos Medina Plascencia (el Pentapichichi a la inversa: en cinco torneos políticos consecutivos fue derrotado), nuevas adquisiciones del F.C. (Futbol Club) fueron anunciadas para jugar la Copa México 20-30. Para confirmar que el ITAM es el semillero local del neoliberalismo, su rector, Arturo Fernández, dirigirá un taller relacionado con asuntos económicos. El ex gobernador de Guanajuato Juan Carlos Romero Hicks, orgulloso ejemplo de pensamiento conservador, será otro de los constructores de la plataforma de gobierno de Calderón, al igual que el premio Nobel de Química Mario Molina y dos personajes polémicos: Francisco José Paoli Bolio, un panista que puede producir al mismo tiempo análisis políticos interesantes y hechos personales lamentables (salir al mingitorio de San Lázaro para no asumir una postura respecto de asuntos delicados a la hora de votar en el pleno legislativo), y María Amparo Casar, quien ha anexado su capacidad analítica a la causa de Santiago Creel y ahora tenderá ese mismo tipo de nexos hacia el michoacano de contenidos aires intelectuales que así va tejiendo su proyecto de gabinete.

Los escarceos felipistas se vuelven más frecuentes conforme el actual habitante de Los Pinos acepta que es hora de ir haciendo maletas. Ayer, por ejemplo, el esposo de la señora Margarita tuvo sesión matutina con el presidente en funciones, según eso para hablar sobre asuntos "delicados" del país. Por la noche, el presidente maletero (es decir, Fox) se reunió con dirigentes priístas para parlamentar sobre otros, o los mismos, asuntos delicados antedichos a los que nadie quiso abiertamente, al menos a la hora de cerrar esta columna, referirse por su nombre propio: Oaxaca.

En la mártir entidad del sur continuaban las maniobras envolventes de un foxismoabascalino que ha visto encarecerse la opción del desalojo violento al tiempo en que se le enredan feamente los hilos de la política. Ahora resulta que la clave para resolver el conflicto oaxaqueño sin sangre depende de la buena voluntad de Ulises Ruiz, a quien se ofrece cuanto políticamente es posible para que regale al gobierno federal la posibilidad de una renuncia que desactive provisionalmente a profesores y Appos.

Por lo pronto, en Tabasco el PAN-gobierno federal le ha cumplido al PRI. Según los conteos disponibles, Andrés Granier estaría arriba en la suma sin adjetivos de votos. Esa victoria del PRIAN ha dado parque propagandístico de máxima importancia a los adversarios del otro Andrés, a cuyos ánimos de resistencia civil oponen hoy los madracistas-calderonistas la presunta descalificación extrema de haber perdido los comicios nativos. César Raúl Ojeda advierte que las cifras electorales oficiales no significarán nada en tanto los tribunales no conozcan las impugnaciones del caso y resuelvan lo que corresponda. Lo peor de todo, para esa izquierda electorera, es que no hay sedimento ético para denunciar y confrontar las marrullerías criminales cometidas por el aparato priísta -avalado por un panismo cómplice- contra una opción política que sigue apostando a los juegos electorales con fichas de oportunismo: defender a Ojeda, en abstracto, es un ejercicio iluso que pretende creer que con la llegada de alguien distinto al PRIAN a los gobiernos estatales se producirán cambios verdaderos: ya se ha visto en otras entidades cómo la llegada al poder de esos candidatos por los que la "izquierda" pelea acaba en tragicomedias de corrupción y deslindes, como en Tlaxcala, Baja California Sur, Chiapas y Guerrero, por ejemplo.

Resplandece la justicia en cuanto a integración de ternas para que el Senado elija nuevos magistrados del tribunal electoral federal: convocatorias restringidas, tiempos apretados y perfiles cómodos, de tal manera que la máxima decisión judicial sobre conflictos comiciales venideros esté libre de toda culpa (¡oh, sí: un país de leyes, de instituciones y de respeto al derecho!). Justicia resplandeciente también en el caso de la demanda presentada por una ciudadana común y corriente -su esposo es un señor alto, de bigotito, que por estos días se ha acordado de que debe comenzar a hacer maletas- porque a su entender le han ofendido en términos de intimidad, honor y dignidad, al ventilar en papel reciclado detalles de andanzas judiciales en busca de divorcio. La señora común y corriente, una ciudadana más, ha logrado que a una periodista argentina y a la revista Proceso les impongan sanciones económicas y obligación de publicar extractos de sentencias. ¡Que vivan las faldas de la señora Me Harta!

Y, mientras Luis Ernesto Derbez dice que su carrera política (¿?) está por terminar, y Manuel Espino aspira a ganar un cargo internacional de partidos socialcristianos, ¡hasta mañana!

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