Greenpeace
Los transgénicos,
fuera de control
Ciudad de México, México — Con veinticuatro casos reportados, 2006 fue el peor año en incidentes de contaminación transgénica en el mundo, lo cual demuestra que los transgénicos son una tecnología que carece de control. Así se aprecia en el “Reporte de Contaminación Transgénica 2006”, publicado esta semana por Greenpeace y GeneWatch del Reino Unido. El informe destaca que el maíz transgénico ha estado involucrado en casi un tercio de todos los casos reportados en la última década.
El informe subraya el creciente problema de la contaminación genética con variedades de cultivos de ingeniería genética o genéticamente modificados (GM) en todo el mundo y contiene una revisión detallada de los eventos significativos de contaminación en 2006.
El registro completo contiene 142 casos que involucran a cultivos transgénicos en situaciones de liberación no intencional, siembra ilegal e impactos negativos en la agricultura. (Reporte completo, disponible en: www.gmcontaminationregister.org)
"Esta es una muestra más de que el maíz de México está en grave riesgo: mientras la contaminación transgénica de semillas de maíz preocupa a agricultores y consumidores alrededor del mundo, nuestras autoridades hablan de permitir la siembra experimental con transgénicos. Las experiencias de fuga de maíz GM Starlink en 2000 en Estados Unidos, la contaminación transgénica de maíces nativos en Oaxaca comprobada en 2001, la contaminación sufrida por agricultores convencionales y orgánicos de España y la fuga del maíz experimental Bt10 en 2005 son claras evidencias de los riesgos, pero las autoridades mexicanas se niegan a prevenir la contaminación de nuestras variedades de maíz. De esa manera no sólo amenazan el centro de origen y reservorio genético global del maíz, sino que también violan compromisos internacionales que México ha suscrito, como el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena”, dijo Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de transgénicos de Greenpeace México.
Se ha comprobado que el maíz es la planta más susceptible de sufrir contaminación genética por su forma de reproducción, pues su polen puede viajar varios kilómetros. Además, la cultura agrícola de intercambio de semillas dominante en México es también un factor que potenciaría la contaminación.
En este momento, agricultores estadounidenses, afectados por los costosos efectos de la contaminación de su arroz con la variedad transgénica LL601 de Bayer, han presentado más de sesenta demandas contra esa corporación en juzgados norteamericanos.
"Es urgente instalar un régimen estricto de responsabilidad que asegure que las compañías que se benefician con esta tecnología paguen por los daños económicos y ambientales que causen sus productos. Sin una protección de esta naturaleza, los pequeños productores agrícolas alrededor del mundo terminarán pagando los costos", dijo Doreen Stabinsky de Greenpeace Internacional.
Por su parte, Becky Price, de GeneWatch, dijo: “Es necesario tomar medidas para proteger el derecho a decidir de los agricultores y consumidores que no deseen cultivar ni comer transgénicos".
El registro completo contiene 142 casos que involucran a cultivos transgénicos en situaciones de liberación no intencional, siembra ilegal e impactos negativos en la agricultura. (Reporte completo, disponible en: www.gmcontaminationregister.org)
"Esta es una muestra más de que el maíz de México está en grave riesgo: mientras la contaminación transgénica de semillas de maíz preocupa a agricultores y consumidores alrededor del mundo, nuestras autoridades hablan de permitir la siembra experimental con transgénicos. Las experiencias de fuga de maíz GM Starlink en 2000 en Estados Unidos, la contaminación transgénica de maíces nativos en Oaxaca comprobada en 2001, la contaminación sufrida por agricultores convencionales y orgánicos de España y la fuga del maíz experimental Bt10 en 2005 son claras evidencias de los riesgos, pero las autoridades mexicanas se niegan a prevenir la contaminación de nuestras variedades de maíz. De esa manera no sólo amenazan el centro de origen y reservorio genético global del maíz, sino que también violan compromisos internacionales que México ha suscrito, como el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena”, dijo Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de transgénicos de Greenpeace México.
Se ha comprobado que el maíz es la planta más susceptible de sufrir contaminación genética por su forma de reproducción, pues su polen puede viajar varios kilómetros. Además, la cultura agrícola de intercambio de semillas dominante en México es también un factor que potenciaría la contaminación.
En este momento, agricultores estadounidenses, afectados por los costosos efectos de la contaminación de su arroz con la variedad transgénica LL601 de Bayer, han presentado más de sesenta demandas contra esa corporación en juzgados norteamericanos.
"Es urgente instalar un régimen estricto de responsabilidad que asegure que las compañías que se benefician con esta tecnología paguen por los daños económicos y ambientales que causen sus productos. Sin una protección de esta naturaleza, los pequeños productores agrícolas alrededor del mundo terminarán pagando los costos", dijo Doreen Stabinsky de Greenpeace Internacional.
Por su parte, Becky Price, de GeneWatch, dijo: “Es necesario tomar medidas para proteger el derecho a decidir de los agricultores y consumidores que no deseen cultivar ni comer transgénicos".
Activistas de Greenpeace toman muestras de un maíz transgénico que se está cultivando en Alemania, el cual contiene un herbicida que podría alterar los ecosistemas pues extermina no sólo al gusano barrenador europeo sino también a insectos polinizadores como mariposas y abejas.
¿Qué son los transgénicos? Los transgénicos son nuevas formas de vida creadas en laboratorio con una técnica que permite alterar la estructura molecular del alimento insertando genes ajenos (de bacterias, otras plantas o incluso de animales). Por ejemplo, el maíz transgénico que México importa de Estados Unidos contiene genes de una bacteria que le hace producir una sustancia insecticida, característica que el maíz nunca tendría de manera natural. El problema es que hasta la fecha no se han estudiado los efectos a largo plazo del consumo de transgénicos. Lo que se ha documentado es el riesgo de contaminación para las especies nativas por el cultivo de transgénicos, lo cual entraña graves amenazas para la riqueza biológica del maíz mexicano y para millones de campesinos. Más información.
By: Greenpeace México.
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