Esta quincena en Contralínea.
Las Afores se aprestan a recibir más de 58 mil millones de pesos. Los beneficiarios de la reforma a la Ley del ISSSTE son los mismos grupos financieros trasnacionales que en México cobran las comisiones más altas del mundo.
Los grupos financieros -mayoritariamente de capital trasnacional- que controlan el mercado de capitales en México verán acrecentar sus activos en más de 58 mil millones de pesos cuando, en tres años, comiencen a captar los ahorros de los afiliados al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
El fondo del Pensionissste cuenta actualmente con más de 58 mil 500 millones de pesos. Las cuentas individuales de los trabajadores podrán ser “recibidas” por las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) en 2010, cuando se cumplan tres años de aprobada la reforma que finiquitó el sistema solidario de cuentas.
Los fondos de los trabajadores del apartado B, quienes laboran para las instituciones del Estado mexicano, se sumarán a los 718 mil 146 millones –según cifras de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados– que ya administran las Afores y que provienen de los ahorros de los trabajadores del apartado A, aquellos que trabajan para las empresas privadas. A 10 años de la reforma a la Ley del IMSS, las Administradoras mantienen uno de los cobros por manejo de cuentas más altos del mundo y, al mismo tiempo, otorgan exiguos rendimientos (Fortuna 49).
“En este momento la Ley plantea que lo que los trabajadores han ahorrado en el SAR (Sistema de Ahorro para el Retiro) se pase de manera automática al Pensionissste; pero también contempla que a los tres años de entrada en vigor, los trabajadores podrán cambiarse a cualquiera de las Afores que exista en el mercado”, dice la secretaria de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, Rosario Ortiz.
La legisladora agrega que “entonces pasará lo que ya ocurrió con los del IMSS. Las Afores van a lanzar una campaña mediática muy fuerte para ganarse a los trabajadores que están en el Pensionissste. Y como los trabajadores conocemos muy poco acerca del manejo financiero, terminarán otorgando sus ahorros a los grandes grupos empresariales. Esto ya ocurrió anteriormente; hicieron un gasto impresionante en publicidad, pero obtuvieron la administración de los ahorros”.
Los beneficiados
En el actual sistema de pensiones mexicano existen 21 Afores propiedad de igual número de grupos financieros. A pesar de que la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) ha calificado de un “triunfo” la existencia de más de 20 opciones en el mercado de las administradoras de fondos, sólo seis acaparan el 62.5 por ciento del total de las cuentas: Banamex, Bancomer, Inbursa, GNP, Banorte y Principal.
De acuerdo con cifras de la Consar, al mes de marzo de 2007, la Afore Banamex es la que más número de cuentas de trabajadores administra: 5 millones 711 mil 610, lo que representa el 15.1 por ciento del total.
Banamex fue comprado en 2001 al “amigo de Fox” Roberto Hernández por la estadunidense Citigroup Inc., el conglomerado financiero más importante del mundo. La transacción, por 12 mil 500 millones de dólares, se realizó mediante la Bolsa Mexicana de Valores con el objetivo de evitar el pago de impuestos. Banamex fue el banco más favorecido por el Fobaproa. Al momento de la compra, los pagarés del rescate bancario representaban 58 por ciento del valor total del banco.
Aunque la institución bancaria dejó de ser “mexicana”, los dueños estadounidenses conservaron casi sin cambios al grupo directivo de la institución. Al frente se encuentra Manuel Medina Mora, hermano del actual procurador General de la República Eduardo Medina Mora, quien encabezó de 2000 a 2005 el organismo de inteligencia y contrainteligencia civil mexicana, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
La Afore Bancomer administra los ahorros de 4 millones 335 mil 130 trabajadores, el 11.5 por ciento del total de los asalariados en México. La compra total del banco, por parte del grupo financiero español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, se concretó en febrero de 2004 con objeciones del gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, y el “total respaldo” del entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, quien incluso celebró ante estudiantes de la universidad de Columbia: “México tendrá en breve el primer banco totalmente español en su territorio”.
Hasta 2001 el accionista mayoritario del banco era el gobierno mexicano, quien en junio de ese año inició la venta de sus acciones. La supervisión de la transacción fue considerada “deficiente” por la Auditoría Superior de la Federación en el Informe de la revisión de la Cuenta Pública 2002.
Incluso, las acusaciones de haber utilizado dinero de procedencia ilícita para la compra de Bancomer le valieron a BBVA la apertura de investigaciones en Estados Unidos y España que concluyeron con el enjuiciamiento de 22 directivos, entre ellos su ex presidente Emilio Ybarra, por el desvío de casi 20 millones de euros a cuentas secretas en Suiza y otros países europeos. En México prevaleció el “respaldo” de Gil Díaz.
Bancomer fue otro de los principales beneficiarios del Fobaproa y actualmente genera el 70 por ciento del total de las utilidades que BBVA obtiene de América Latina y el 28 a nivel global. El directivo designado para encabezar BBVA Bancomer es Ignacio Deschamps González.
Afore Inbursa administra el 9.5 por ciento del total de las cuentas de los trabajadores mexicanos, es decir, 3 millones 597 mil 951. El banco es el brazo financiero del emporio del magnate mexicano y segundo hombre más rico del mundo Carlos Slim Helú, cuyo patrimonio supera los 53 mil 100 millones de dólares, es decir, alrededor del 6.3 por ciento del producto interno de México.
Slim construyó su fortuna sobre la antigua paraestatal Telmex, la cual, ahora en sus manos, mantiene el monopolio del servicio telefónico en el país. Además de Inbursa y Telmex, Slim es dueño, entre otras empresas, de América Móvil y la constructora Ideal.
La Afore Profuturo del Grupo Nacional Provincial posee las cuentas de ahorros de 3 millones 389 mil 462 trabajadores, el 9 por ciento del total. El dueño de este grupo financiero es el segundo hombre más rico del país –con alrededor de 3 mil millones de dólares–, Alberto Bailleres, quien también posee El Palacio de Hierro y la minera Peñoles.
Además, cuenta con la casa de bolsa Valmex y es el “apoyo financiero y guía” de la junta de gobierno del Instituto Tecnológico Autónomo de México.
La Afore de Banorte Generali administra el 8.7 por ciento del total de los fondos de ahorro de los trabajadores, es decir, 3 millones 288 mil 188. Esta administradora fue conformada por el grupo Financiero Banorte, de Roberto González Barrera, y la italiana Assicurazzioni Generali.
Además del grupo financiero, González Barrera es dueño de Maseca. De 1988 a 1991 otorgó préstamos “a la palabra” a Raúl Salinas –hermano del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari–, con quien rompió por adeudos pendientes cuando estuvo en prisión.
Principal Afore, del estadounidense Principal Financial Group, administra 3 millones 290 mil 479 de cuentas de ahorro individuales, alrededor de 8.75 por ciento del total.
Otras Afores que administran más de un millón de cuentas de ahorro de los trabajadores son Santander, del grupo financiero español Santander, con 3 millones 25 mil 319; Siglo XXI, la cual perteneció esporádicamente al propio IMSS y ahora se encuentra en manos del grupo financiero IXE, de Enrique Castillo Sánchez Mejorada, y que actualmente suma alrededor de 2 millones 600 mil cuentas; el británico-hongkonés HSBC, con un millón 767 mil 486 fondos de ahorro; Azteca, de Salinas Pliego, dueño también de Televisión Azteca y Elektra, entre otras empresas, con un millón 254 mil 547 cuentas, y Actinver, de Héctor Madero, con un millón 229 mil 964.
La “quiebra” del ISSSTE
De acuerdo con los impulsores de la reforma, el cambio a la Ley era “necesario e inminente” porque el ISSSTE estaba “quebrado” y no podía hacer frente a los pasivos de pensiones.
“El ISSSTE ya estaba prácticamente en quiebra técnica, pues el déficit en el fondo de pensiones era de 50 mil millones de pesos”, señala Samuel Aguilar Solís, secretario de la Comisión de Seguridad Social.
“A esto se agrega –dice el legislador por el Partido Revolucionario Institucional– que se redujeron los trabajadores en activo y aumentaron los jubilados, no se incrementaron las cuotas obrero patronales y creció la esperanza en el nivel de vida.”
–¿En qué se gastaron los ahorros de los trabajadores?
–En la creación de una gran infraestructura, que es la que existe, y aun cuando se diga que es ineficiente, pues ahí está, y en eso se gastó el ahorro de los trabajadores.
–¿Fue legal el destino que se le dio al dinero?
–Sí, porque la Ley no establecía la individualización de los fondos. Antes, todo estaba en un cajón y lo que subsistía era un pragmatismo total: si había recursos y había una necesidad, se respondía a esa necesidad urgente tomando el dinero de donde había.
Aguilar Solís considera que ni siquiera se puede acusar de “irresponsables” a los anteriores directores del Instituto.
Sin embargo, para la legisladora Rosario Ortiz, la reforma a la Ley del ISSSTE, aprobada el 23 de marzo pasado, tiene como destinatarios los conglomerados financieros “que son los grandes consentidos en el país desde hace cuatro sexenios”.
Los fondos de pensiones de los trabajadores del ISSSTE “finalmente irán a parar a los grandes grupos financieros. Las Afores, propiedad de bancos, en su mayoría trasnacionales, son las principales beneficiarias de la reforma a la Ley de ISSSTE”, concluye la legisladora Rosario Ortiz.
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