Esta quincena en Contralínea.
La salud como política de contrainsurgencia
Nancy Flores / Rubén Darío Betancourt, fotos / enviados
Contralínea, 2a quincena de junio.
demás de padecer niveles de pobreza similares a los del África subsahariana, los indígenas en resistencia civil de Chiapas sufren medidas de contrainsurgencia: al igual que los zapatistas, integrantes de Las Abejas tienen casi vetado el derecho a la salud
Nancy Flores / Rubén Darío Betancourt, fotos / enviados
Chalchihuitán, Chiapas. La vieja montura de caballo cuelga en la viga del techo, inútil, aguardando el momento en el que Lucía aferre sus manos a los amarres de mecate y soporte la vida en sus brazos y rodillas. Pero la hora de hincarse y dar a luz a su hijo, el octavo, parece no querer suceder.
Diecinueve días con ese dolor, que le surca la espalda y se le encaja entre la cadera y las piernas, contradicen las palabras del doctor: “aún no es tiempo”.
La joven de 29 años, indígena tzotzil e integrante de la organización civil Las Abejas, sabe casi consumida la oportunidad de salvarse y salvar a su hijo. Mas Lucía Pérez Gómez tiene que esperar, sentada en un tabique, “el milagro” de parir en casa: los ahorros se gastaron hace 12 días en el taxi a Yactelum, ubicado a una hora de distancia “en carro”, adonde se dirigen todos los tzotziles en resistencia con alguna urgencia médica.
Y es que en Chalchihuitán el onceavo municipio más pobre de México según la ONU, a los indígenas organizados o simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional se les niegan los servicios de salud en las clínicas públicas de la cabecera, incluso si se trata de alguna emergencia.
“Aquí no hay atención médica”, denuncia Nazaria García Pérez. Para los tzotziles de Los Altos de Chiapas ése es el precio por organizarse. “Cuando nos pusimos en resistencia nos quitaron el derecho de ir a la clínica de Chalchihuitán. Nos prohibieron todo”, dice la joven, también integrante de Las Abejas y coordinadora parroquial de mujeres.
Por eso Lucía oculta el sufrimiento que le rezuma por los ojos oscuros y su morena piel, tal como ocurre con su imperceptible vientre, escondido en el huipil blanco, ornamentado con bordados rosa, rojo, morado y verde. Y sólo espera.
La división
Al ponerse el sol, los golpes de aire frío van haciendo suyas las casas del poblado Emiliano Zapata. Desperdigadas sobre una pendiente, con los techos de lámina y las paredes hechas con maderos que no alcanzan a empalmar, las viviendas son incapaces de detener las ráfagas.
Las enfermedades respiratorias se ubican entre los principales padecimientos de los residentes, porque a nadie le alcanza el dinero para construir la vivienda de “material”. La pobreza, que a nivel municipal registra un índice de desarrollo humano del 0.4966, según la Organización de las Naciones Unidas, no basta para unir a los pobladores.
Las primeras cabañas que se alzan en la boca de la brecha, que abre paso a esta comunidad, pertenecen a las familias militantes del Partido Acción Nacional; a mitad del pueblo se encuentran las 12 viviendas de Las Abejas, y abajo están ubicadas las de los zapatistas.
“Estamos divididos”, reconoce Nazaria. La tzotzil de 27 años y misionera católica acusa que “el partido (Acción Nacional) nos quiere molestar un poco, porque dicen que la resistencia no los deja avanzar. Los partidos obligan a lo que ellos quieren y por eso nos defendemos”.
La fiesta celebrada el 19 de marzo pasado en honor de San José, el patrón de la iglesia de Las Abejas, fue la primera en la cual convivieron zapatistas e integrantes de dicha organización civil. Los panistas no fueron invitados.
“Ahora hay un poco de acuerdo (entre todos los habitantes de Emiliano Zapata), sobre todo para que los niños estudien en la escuela. Ya nos llevamos mejor con el EZLN, pero antes no”, dice Nazaria.
La división no es privativa de este lugar. En Jolitontic, considerada como una de las comunidades más empobrecidas del municipio, las bases de apoyo zapatistas son acosadas por los militantes de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.
Habitantes de Chalchihuitán, quienes prefieren no identificarse por temor a represalias, indican que los priístas que rodean al presidente municipal, Antonio Pérez Gómez, amenazan no sólo a bases de apoyo del EZLN, sino también a quienes pertenecen a organizaciones civiles no armadas.
Según acusan, la gente del regidor anda con “cuernos de chivo”, diciendo a los rebeldes y a los defensores de derechos indígenas, comunitarios y humanos, que los van a desalojar de estos pueblos.
Otra forma de presionar, insisten, es negando la atención médica, cuando hay alguna emergencia de salud, tanto en las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social como del gobierno de Chiapas.
En Chitic se corre la misma suerte. Manuel Díaz López, promotor de los derechos humanos del Centro Fray Bartolomé de las Casas y habitante de este sitio, indica que han aumentado las amenazas contra los indígenas organizados en sociedades civiles y contra las bases de apoyo zapatistas.
“Por eso nos integramos en los derechos humanos, porque tenemos miedo de que pase algo”. Manuel explica que “primero, el gobierno ofrece muchos apoyos para que se salgan de la organización (EZLN y sociedades civiles), luego falta al respeto a los solares y, al final, amenaza”.
Sobre el trabajo comunitario, el campesino advierte que la tensión entre los pobladores impide que “avancemos en exigir respeto a los derechos humanos, a pesar de que la organización ya lleva un año”.
Manuel dice que “aquí estamos viviendo muy abandonados: no contamos con mejor vivienda ni agua potable, sacamos el agua de un pozo y la traemos cargando”.
Las sendas de Chalchihuitán –palabra náhuatl que significa “lugar donde abundan los chalchihuite”– que corren, sin revestimiento de la cabecera municipal hacia lo alto de la montaña son bordeadas por niños, jóvenes, adultos, ancianos, todos gachos por las pesadas cargas que soportan en la frente, en donde se ciñe el mecapal.
En las espaldas, los bultos son de leña, maíz, frijol o agua, ésta última se transporta en ánforas cuya capacidad oscila entre los 10 y 20 litros.
Sobre los servicios de salud, Díaz López expone que los residentes van a la clínica de Canteal, ubicada a 30 minutos caminando por una cuesta, aunque señala que la unidad del IMSS no cuentan con medicamentos suficientes, además de que no atienden más que primer nivel. “No hay mucha posibilidad de que nos curen”.
Afiliados, sin garantía
Aun quienes están afiliados a los programas de desarrollo social, como Oportunidades e IMSS-Oportunidades, carecen de una mejor vida.
“Vivimos muy pobres. Traemos cargando el maíz que comemos en el mecapal, el agua también la cargamos. Caminamos horas. Cómo el gobierno dice que tenemos una vida digna, si no es cierto. Nos da 300 pesos, pero eso no es nada: no nos alcanza para alimentar a nuestros hijos”, señala María Díaz Pérez, también habitante de Chitic.
La mujer, quien a pesar de estar enferma de la matriz no ha recibido tratamiento alguno para corregir los daños de su último embarazo, dice no entender para qué obligan a las afiliadas al programa Oportunidades a atenderse con el médico, si no las van a curar. Agrega que “si no vamos a una cita no nos dan completo el dinero”.
Condenados a una economía de autoconsumo, con ingresos marginales obtenidos por la venta de café, los tzotziles de Chalchihuitán subsisten del maíz y frijol que cosechan y de los frutos que crecen naturales: naranja, lima, mango, papaya, durazno, piña, limón.
María Díaz refiere que las familias necesitan dinero para comprar arroz, sopa, jitomates, cebollas, azúcar, ropa, zapatos. “Es caro. Una sola cebolla cuesta cinco pesos”. Añade que en su caso, la producción anual de café se reduce a tres costales, por los que le pagan mil o mil 500 pesos. “Eso no alcanza para nada”.
Reclamo social
“Somos personas, no somos animales. Tenemos el mismo derecho que los mestizos. La salud no pertenece a ningún partido o religión, no se puede negar ese derecho”, reclama Flavio García Pérez.
El joven, quien se encuentra en un curso de capacitación en Acteal para ser promotor de la salud en Emiliano Zapata, reconoce que “la atención médica es un problema, porque en la clínica de la cabecera municipal los médicos no nos hacen caso, por ser de la organización (Las Abejas). Nos discriminan porque no somos del partido y tampoco estamos en el IMSS Oportunidades”.
Flavio acusa que los niños no tienen suficiente alimento, y advierte que sí hay desnutrición de primer grado. Agrega que las mujeres no tienen buena alimentación cuando se inicia el embarazo, porque no hay dinero.
Con desesperación, parado frente a la puerta de Lucía, Flavio dice que es obligación de los médicos brindar la atención, no discriminar, y del gobierno mandar más personal.
Nazaria, su hermana, advierte que, ante el descuido de las autoridades sanitarias, “ahora que estamos en la resistencia tenemos tres aspirantes a promotores de salud y ya vamos a construir una casa de salud. Ahí la atención va a ser para todos, incluso los del partido y los del EZLN”.
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Fernando Ortega Pizarro
Contralínea, 2a quincena de junio.
La Secretaría de Gobernación evaluó el impacto del Movimiento Bolivariano en México, sus relaciones y contactos, registró sus actividades y el mapa de riesgo de la presencia de activistas de Chávez en nuestro país.
Con la salida del embajador de Venezuela en México, Vladimir Villegas, luego del conflicto diplomático entre ambas naciones en 2005, el gobierno mexicano no esperaba que los esfuerzos de esta representación diplomática para impulsar el Movimiento Boliviariano en el país fueran a declinar, revela un documento de inteligencia de la Secretaría de Gobernación.
“Por el contrario, se acentuarán y se perfila el riesgo de que se intente consolidarlo de manera subrepticia mediante el financiamiento y el trabajo de inteligencia y de cooptación ideológica con los grupos mexicanos afines”, señalan documentos de la Secretaría de Gobernación.
La dependencia realizó estudios para evaluar las características de este movimiento, documentar las acciones para articularlo en México y perfilar los riesgos que esta situación implicaba en el contexto del conflicto diplomático de México con Venezuela, durante el gobierno de Vicente Fox.
El primer análisis se realizó cuando Vladimir Villegas aún era embajador de Venezuela en México. Asegura que el Movimiento Bolivariano (MB) constituye una estrategia binacional impulsada por Venezuela y Cuba con el fin de conformar una fuerza social para enfrentar política e ideológicamente a Estados Unidos.
“Ambos países promueven el denominado ‘Proyecto Espada de Bolívar’, que implica conformar en la región latinoamericana un contrapeso a Estados Unidos y promover la integración del área en condiciones de equidad entre los países”.
El MB tiene presencia en Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y Uruguay. Cuenta con representantes en Australia, España, Francia y Suiza.
En ese momento de efervescencia electoral, la Secretaría de Gobernación –encabezada por Carlos Abascal– constató que “hasta el momento no se observa ninguna vinculación orgánica del MB con el movimiento político que encabeza Andrés Manuel López Obrador”, aunque el gobierno federal y después el PAN lo vinculó con el presidente Hugo Chávez.
Pero luego de la expulsión del embajador de Venezuela, un segundo análisis de la Secretaría de Gobernación de 2006 revela mayores detalles de la relación de Venezuela con partidos y grupos de izquierda, principalmente con el PRD.
Sostiene que el MB “mantiene un claro acercamiento con la corriente Nueva Izquierda del PRD. Con menor frecuencia y nivel de penetración mantienen vínculos con integrantes del Partido del Trabajo, Convergencia y el Partido Popular Socialista. De manera esporádica, con miembros del Partido Comunista Mexicano, Partido Obrero Socialista y del Partido Socialista”.
Gobernación aseguró entonces que el objetivo estratégico de Chávez parece encaminado a establecer una alianza con el PRD al que percibe con posibilidades de triunfo en 2006. Sin embargo, precisó, en el diseño estratégico de AMLO no cabe por el momento una relación orgánica”.
Precisa que “la relación del MB con este partido se da a través de dirigentes específicos, principalmente de Nueva Izquierda”.
El documento de Gobernación puntualiza que el Movimiento Mexicano Bolivariano (MMB) es patrocinado por las embajadas de Venezuela y Cuba en México, y por el Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba, coordinado por Peter Geller.
A su vez, el MMB está compuesto por tres entidades: la Coordinadora Continental Bolivariana-Mexico. “Su representante, Luz Gabriela Mejía Leyva, mantiene también vínculos con las FARC. Tiene comunicación directa con Hugo Chávez. Sede en Guadalajara, Jalisco. Posee la representación oficial del Movimiento Bolivariano México”.
Está articulada al Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba, Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas, Movimiento Mexicano de Solidaridad con los Pueblos de Colombia y Comité Simón Bolívar de México.
También con el Núcleo Mexicano de apoyo a las FARC, la Normal Rural de Ayotzinapa, la Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo y la Mano Izquierda.
El Movimiento Bolivariano de los Pueblos en México, “dirigido por Rodrigo Lucena, operador de la embajada de Venezuela, despliega intenso trabajo de agregación con organizaciones sociales y políticas. Cuenta con representantes en el DF, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y estado de México, quienes a su vez son representantes del Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba. Impulsa el Comité Mexicano de Solidaridad con Venezuela”.
Está articulado al Comité Premio Internacional Benito Juárez, Movimiento de Liberación Popular, al Movimiento Proletario Independiente y Frente del Pueblo. También al Comité Amigos de Puerto Rico, Círculo Bolivariano Ricardo Flores Magón, Unidad Obrero Socialista y Son de Maíz.
Y Movimiento Mexicano Juarista Bolivariano (MMJB). “Lidereado por Cuauhtémoc Amescua Dromundo. Ha construido juntas populares en el país. Su presencia es marginal y sin base social”.
Está vinculado a la Coordinadora de Solidaridad con la Representación Bolivariana de Venezuela, Red Zapatista de Liberación Nacional, Movimiento de Lucha Popular, Ollín Mexicana, Jóvenes por el Socialismo, Sindicato Mexicano de Electricistas, Frente Popular Francisco Villa y Red Juvenil Cubana.
Espionaje a perredistas
También menciona los vínculos de Venezuela con el PRD:
1. Vladimir Villegas visita Michoacán y en diversas ocasiones sostiene encuentros con Lázaro Cárdenas. Su primera visita al estado la gestiona el diputado Juan Pérez Medina.
2. Militantes del PRD asisten a la presentación del agregado político de la embajada, Néstor González Pacheco (octubre, 2005).
3. Vladimir Villegas contactó a través de Juan Pérez Medina a José María Pérez Gay, responsable de Política Exterior del equipo de asesores de AMLO.
4. Vladimir Villegas estableció estrechos vínculos con funcionarios de la delegación Coyoacán.
5. Los diputados perredistas Emiliano Ramos (federal) y Rafael Quintanar (local, Quintana Roo) participaron en Caracas, en marcha de apoyo a Chávez.
6. Los diputados Beatriz Mojica, Cristina Portillo y Francisco Saucedo, del equipo de Jesús Ortega, despiden en la residencia de Venezuela a Vladimir Villegas (15/11/05).
7. Vladimir Villegas entrega bandera venezolana a integrantes del PRD en Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México(15/11/05).
8. Vladimir Villegas tenía programada una cena con los diputados federal Emiliano Ramos Hernández y Beatriz Mojica, así como de integrantes de la corriente Nueva Izquierda”.
La Secretaría de Gobernación preveía que “el escenario de una relación orgánica y abierta del MB con el PRD sólo es viable en el contexto postelectoral. En caso de triunfo, para consolidar un frente internacional contra el neoliberalismo; en tanto que, en la hipótesis de derrota, para sumar fuerzas en un postelectoral conflictivo”.
Estimó que la presencia del Movimiento Bolivariano en México es marginal.
Sin embargo, aclaró que el Movimiento Bolivariano “intentará capitalizar el diferendo diplomático reforzando su activismo bajo la conducción del encargado de negocios de Venezuela, Néstor González Pacheco y de la Coordinadora Continental Bolivariana-México, que se enfocará en las acciones de agregación social”.
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