Miembros de la otra campaña repudiaron la ''política represora'' de Ulises Ruiz
Clausuraron simbólicamente la sede del gobierno estatal en la ciudad de México
''Los derechos humanos han muerto sin que el Estado cumpla su obligación de protegerlos''
Con la clausura simbólica de la sede del gobierno oaxaqueño en el Distrito Federal, integrantes de la otra campaña repudiaron la política de represión y hostigamiento contra la población civil, y aseguraron que el gobierno ''asesino'' de Ulises Ruiz Ortiz ''va a caer porque en Oaxaca no lo apoya nadie''.
Dijeron que los cuerpos policiacos estatales y federales continúan con una política de ''terror en la que se toleran detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, porque en Oaxaca los derechos humanos y las garantías individuales han muerto sin que el Estado mexicano cumpla con su obligación de proteger el derecho a la vida y a la justicia''.
Decenas de activistas participaron en una marcha de protesta que partió poco después de las 11 de la mañana del Metro Sevilla para dirigirse a la sede de la representación del gobierno de Oaxaca en la capital del país, ubicada en Shakespeare 68, donde reiteraron su llamado al gobierno federal para que libere a todos los ''presos políticos'' del país y detenga la política de ''mano dura'' contra la población civil, que ''sólo busca aterrorizar a quienes participan en el movimiento social''.
Representantes de organizaciones adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona reiteraron su llamado para exigir la libertad inmediata de todos los activistas sociales detenidos, y aseguraron que continuarán con la campaña de denuncia nacional e internacional para acabar con la ''falsa idea de que en México se vive en democracia y libertad, cuando son cada días más los casos de detenciones arbitrarias y tortura''.
En Oaxaca, insistieron, se ha llegado a excesos, como en el caso de Emeterio Merino Cruz Vásquez, integrante del Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas de Santiago Xanica, quien fue detenido sin ofrecer resistencia por cuatro policías estatales, el pasado 16 de julio, y que hoy permanece en estado de coma, ''resultado de la golpiza que sufrió a manos de los cuerpos de seguridad''.
También destacaron que continúa el ''acoso y agresión'' contra las comunidades indígenas oaxaqueñas, ya que el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui informó de la desaparición de dos indígenas en la Mixteca oaxaqueña, quienes desde el pasado 5 de julio ''no dan señales de vida''. Se trata de Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, de 20 y 14 años de edad, respectivamente, quienes ''desaparecieron en el trayecto de Putla a Juxtlahuaca. La mayor es maestra indígena y su hermana aún estudia la secundaria''.
Los manifestantes aseguraron que continúa la detención arbitraria de autoridades de las comunidades, a quienes ''fabrican delitos o les siembran armas, porque están dispuestos a todo para acabar con la resistencia de los pueblos indígenas''.
Por ello, informaron que este jueves partirá una caravana hacia San Isidro Aloapam, Oaxaca, donde se llevará a cabo, del 3 al 5 de agosto, el Encuentro por la Defensa del Bosque y la Vida Comunitaria; asimismo, dijeron que realizarán una segunda caravana el próximo sábado hacia San Miguel Panixtlahuaca y Santiago Xanica.
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Denuncian zapatistas presión policiaca para que desalojen 24 de Diciembre
Esta es nuestra tierra; la trabajamos desde antes del levantamiento de 1994, advierten
Beben agua contaminada porque el arroyo del poblado es controlado por el Ejército, dicen
Comunidad 24 de Diciembre, Chis., 1º de agosto. "Esta es nuestra tierra. No tenemos otra", advierten los campesinos zapatistas de este nuevo poblado, al que regresaron en 2006, luego de 12 años de persecución y exilio. Ahora, los vecinos de Nuevo Momón y Cruz del Rosario, afiliados a la Unión de Ejidos de la Selva (UES), pretenden echarlos nuevamente; los mismos que en 1995, aprovechando la militarización de las cañadas, les quitaron sus casas, tierras, animales, cosechas y derechos ejidales en Nuevo Momón.
Reciben a La Jornada unos 10 campesinos, en un punto intermedio entre los solares donde se levantan las flamantes cabañas de madera. Van tomando la palabra en la medida en que dialogan entre sí para relatar los hechos: "A los de la UES los soldados les pusieron agua y les regalaron manguera. Se juntan en grupos con la tropa y se meten al campamento militar. La mayoría de ellos tienen tierra, son 'básicos' de Nuevo Momón. Los de Cruz del Rosario hasta ranchitos tienen".
Cuentan los zapatistas que al iniciar su largo éxodo, los priístas de la UES en Nuevo Momón "se repartieron nuestras tierras como ejidatarios, y las autoridades agrarias les dieron nuevos documentos donde nosotros ya no existimos". Ya habían comenzado a labrar esta ex finca El Momón después del alzamiento de 1994. "Cuando nos corrieron, en 1995, ya habíamos trabajado casi un año. Dejamos nuestra siembra cuando entró el Ejército federal".
En 1998, el propio gobierno ofreció estas tierras a la UES. "Por eso ya no pelean como comunidad, sino como su organización". Cabe mencionar que los miembros de la Central Independiente Obrera y Campesina (Cioac) no participan en esta aventura antizapatista, no obstante que sostienen diferencias con las bases de la cañada, y su dirigente José Antonio Vázquez es el actual alcalde de Las Margaritas.
El pasado 17 de julio llegaron la carta de amenaza de desalojo y la policía preventiva (o sectorial), en notable sincronía. Resguardan el acceso de Matías Castellanos, pero "cuando se pone tenso" se apuestan frente a 24 de Diciembre y en el puesto de vigilancia "civil" que mantiene el Ejército en el acceso a su cuartel, ahora también entrada al asentamiento "Nuevo Gracias a Dios", de la UES, a pocos centenares de metros de la base militar.
La mayoría de las 31 familias zapatistas ya construyeron sus casas, con ayuda de la junta de buen gobierno (JBG), luego de pasar años en los poblados Monterrey y Altamirano, de donde debieron salir el año pasado, al ingresar éstos en el Procede. A pesar de la precariedad en que se encuentran, ya tienen promotor de educación y una casita para las clases.
Este lunes, los de UES se internaron en los cafetales que datan de tiempos del finquero Absalón Castellanos, con la intención de limpiarlos para su beneficio; los respaldan los soldados.
"Nosotros nomás tenemos una guardia de compas y un campamento internacional de paz. Los invasores nos dificultan el trabajo de las milpas, pues taparon el paso y tenemos que ir por donde están los soldados y cruzar sus enmallados. Evitamos la provocación y damos la vuelta".
Relatan que siempre "acompañan" a los policías unos "conocedores de gente" (delatores) de la UES, quienes identifican y señalan a los zapatistas que transitan por el camino.
Brotes de diarrea
Las condiciones de salud son difíciles. "Hay mucha diarrea, por el agua. Como los soldados controlan el manantial, sólo tenemos el agua de lluvia que baja de los cerros, y viene muy contaminada. La hervimos y cloramos, pero no basta. Como no tenemos segura el agua, cuando lleguen las secas va a estar duro". Más de la mitad de la gente en 24 de Diciembre padece resfriados e infecciones respiratorias. "Tenemos un poco de medicamentos, y también medicina natural que nos dieron los compas del caracol de La Realidad".
Ya nació el primer niño en la localidad, y murió el más anciano, padre de uno de los declarantes, quien dice: "Tenía más de 100 años. Sobrevive mi mamá, de más de 80, y es la mayor de la comunidad".
Expresan confiados que "la organización (el EZLN) nos defiende. Ya dimos vuelta 12 años. La JBG nos dio las tierras otra vez en diciembre pasado, ya no vamos a dejarlas".
Los de la UES robaron horcones de madera de los zapatistas y talan el bosque. Los campesino de El Edén, que al principio también hostilizaron a las familias de 24 de Diciembre, "se han desligado" de la invasión. En cambio Lorenzo Juárez López, "derechero básico" de Momón, quien ha comprado tierras de Ojo de Agua, y Belisario Jiménez López, ejidatario en Cruz del Rosario y dueño de otros ranchitos, presionan a sus correligionarios para expulsar a las bases zapatistas.
"Los potreros de Absalón los renovamos, pero ellos ya trajeron su ganado que tenían en Momón. Ahora dicen que van a meter sus vacas en nuestras milpas para que se acaben el maíz, que se cosecha en noviembre. Además, nos quieren dejar sin comer", apunta uno de ellos, con gesto de preocupación.
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