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Alertan sobre graves daños ambientales en el plan aeroportuario de Tizayuca

 

En el agua, los mayores impactos por la sobrexplotación en la región: estudios

Adherentes a la Sexta declaración de la selva Lacandona denuncian atropellos

HERMANN BELLINGHAUSEN / La Jornada
 

El anuncio oficial de que se reactivará el proyecto de construcción de una gran terminal aérea en el valle de Tizayuca, Hidalgo, ha reactivado también los señalamientos contra los enormes daños ambientales y sociales que la obra traerá consigo. Previsiblemente, su edificación permitirá un jugoso negocio para los mismos contratistas de siempre, y la futura operación comercial del enclave aeroportuario significará un caudaloso flujo de dinero, pero a los bolsillos de los mismos capitalistas de siempre.

La otra campaña en Hidalgo, en especial los ejidatarios (y ex ejidatarios, pues ya vendieron sus propiedades) de Zapotlán y otras comunidades que son adherentes a la Sexta declaración de la selva Lacandona, no han dejado de denunciar los atropellos y embustes ya cometidos por las autoridades. Ahora advierten, con base en estudios propios y ajenos (incluso institucionales) sobre los desatrosos efectos sociales, ambientales y económicos por venir en la región.

De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, los 4 mil 400 kilómetros cuadrados de la cuenca Pachuca-Cuautitlán, donde se localiza el valle de Tizayuca, están sobrexplotados. Cada año se extraen 433 millones de metros cúbicos del líquido, pero solamente se recargan 207 millones, lo que implica un déficit superior a 50 por ciento.

Estudios de organismos civiles y del propio gobierno hidalguense documentan que hacia 1950 el agua se encontraba a 10 metros de la superficie, y en la actualidad el manto acuífero se ubica a profundidades de 200 metros o más en municipios como Zumpango y Tecámac, situación que se observa en toda la cuenca Pachuca-Cuautitlán, que cruza 47 municipios de Hidalgo y el estado de México.

La otra campaña en Hidalgo concluye que "la propuesta de traer agua de la región de Actopan para abastecer el proyecto, como ha dicho el gobernador hidalguense, Miguel Osorio Chong, sólo aumentaría el problema, claramente expresado en la otra propuesta: traer agua de la laguna de Tecocomulco, una cuenca ya devastada por el descontrol capitalista".

Se carece además de un programa de tratamiento y reuso del agua que permita, a partir del segundo año de funcionamiento del proyecto, reducir de manera paulatina la dependencia del aeropuerto de los mantos acuíferos. El Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM señaló que las acciones aeroportuarias incidirían en la calidad y disponibilidad de agua, las áreas verdes y el aire, ya que provocarán daños por la edificación de la terminal en el valle de Tizayuca.

Al anunciar su resistencia a las obras, la otra campaña señaló que otro argumento en contra es que aumentaría la presión sobre el recurso hídrico. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, el impacto demográfico en la zona de influencia de Tizayuca podría ascender a 900 mil habitantes entre 2000 y 2030. Además, "tomando en cuenta la escala de los eventuales impactos, el desarrollo del proyecto ocasionaría problemas urbanos por la intensidad demográfica".

El subcomandante Marcos, de la Comisión Sexta del EZLN, declaró en Zapotlán el 28 de febrero de 2006: "Nosotros los despojados nunca vamos a volar en avión. Ni siquiera nos van a dejar entrar. Es más, ¿ustedes piensan que las grandes residencias que van a construir alrededor del aeropuerto van a tolerar vivir con la gente pobre de Zapotlán o de otras comunidades? No, van a hacer que se vayan, y sólo van a permitir que vivan al lado de ellos gente del mismo poder económico."

El delegado Zero dijo entonces: "Detrás de ese aeropuerto hay un engaño. ¿Quién le preguntó a Zapotlán si quería un aeropuerto? Si les hubieran preguntado habrían pedido drenaje, pavimentación, menor precio en la luz, mejores servicios públicos, más escuelas, mejores maestros, hospitales y clínicas, pero eso significaría que los están tomando en cuenta, y los gobiernos no toman en cuenta a la gente de abajo, más que a la hora que vienen a pedirle su voto".

Puesto que se ha demostrado el decremento en los niveles del manto acuífero mil 508 Cuatitlán-Pachuca, los ejidatarios y opositores al aeropuerto señalan que hasta el momento "existe necesidad de tandear el líquido a Pachuca y Tizayuca". De construirse la terminal, la otra campaña hidalguense pregunta: "¿quién va a asumir los costos?". No queda claro, salvo que será la propia naturaleza, "devastada por cemento y comercio. Pura muerte".

 

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Véase también "El aeropuerto en Tizayuca es un plan de muerte contra los pobres, denuncian"   se abrirá enlace en portal de La Jornada.

 

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