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Brasil: Diferencias entre ricos y pobres

pablo giuliano  de la Revista Proceso.

Rio de Janeiro, 9 de octubre (apro).- Las diferencias abismales de Brasil llevaron al economista Edmar Bacha a decirle al mundo en 1974 que la desigualdad social brasileña bautizó al país más grande de América Latina “Belindia”, una mezcla de la riqueza refinada de Bélgica con la paupérrima imagen de pobreza de la India.

El pasado domingo, “Belindia” ha entrado en confrontación. Las diferencias entre el sur rico de Brasil y el norte pobre quedaron evidenciadas con la elección en la que el opositor Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), logró forzar una segunda vuelta electoral para el 29 de este mes ante el presidente brasileño, Luiz “Lula” da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), aún favorito para quedarse con la reelección.


La sensación que sobrevino a las urnas del último domingo tuvo su respuesta en las palabras del desarrollista Guido Mantega, ministro de Economía de Brasil: “Tal vez el mercado prefiera a Alckmin, pero el pueblo quiere a ‘Lula”.

Alckmin, anestesista de 54 años de edad, nacido en Pindamonhangaba, ciudad del interior del estado de San Pablo, interpreta el papel del antihéroe. Sin carisma, pero con fama de buen administrador y realizador de obra pública, ha conseguido el 41,6 por ciento de los votos, contra todas las encuestas, que le adjudicaban apenas el 37 por ciento.

“Lula”, en cambio, tuvo una victoria amarga, con 48,6 por ciento de los votos, cuando su partido se preparaba para celebrar la reelección el domingo pasado.

“Las sandalias hay que sacárselas en la orilla del río, no antes, porque hay riesgo de pisar piedras”, dijo Alckmin, entonado por haber llevado toda la discusión para la segunda vuelta electoral, que comprenderá tres semanas más de campaña. Alckmin dijo que “Lula’, con la corrupción en el PT, ha llevado a Brasil a una crisis moral. Es necesario decencia”.

El presidente “Lula” basó su campaña en la reducción de la pobreza, los programas sociales contra el hambre y la imagen que lo acompaña desde 1980 cuando, como líder del sindicato metalúrgico del ABC (periferia industrial de San Pablo), fundó el PT, hasta ahora el partido de izquierdas más grande de América Latina.

Alckmin, en tanto, que suele almorzar en restaurantes populares, es un asiduo visitante de la prensa rosa, sobre todo junto con su esposa, Lu Alckmin, que forma parte de la alta sociedad de San Pablo. Alckmin fue gobernador de San Pablo entre 2001 y marzo de este año por el PSDB, el partido del

expresidente Fernando Henrique Cardoso (1994-2002), quien nunca confió en las fuerzas del antihéroe con un carisma inversamente proporcional al de “Lula”.

El candidato “tucano” –como se los llama a los del PSDB-- hizo campaña con el lema “Por un Brasil decente”, denunciando los escándalos de corrupción en el PT, desde el caso de los sobornos de 2005 hasta el reciente episodio de espionaje político.



Educados y primitivos

Las elecciones del domingo han dejado clara la diferencia entre los estados de Brasil más ricos y los del norte y noreste: “Lula” ganó en 16 estados, los amazónicos y los del nordeste del país, además de Minas Gerais y Rio de Janeiro.

Alckmin ganó en su San Pablo natal –la locomotora industrial brasileña-- por una diferencia de casi cuatro millones de votos, con el 55 por ciento. También ganó el sur del país, motor del agro y la pecuaria y en el estado de Mato Grosso, el cual sirve a Brasil para ser campeón mundial de la exportación de soja. Los votos de Alckmin representan al 60 por ciento del PIB brasileño.

“La mitad de Brasil es primitivo. Hay un país educado y otro no educado. Y ‘Lula’ tiene el apoyo de los no educados y de los primitivos”, dijo el politólogo Helio Jaguaribe, uno de los intelectuales más escuchados de Brasil y exministro de Cultura.

El lunes pasado, “Lula” interpretó las elecciones como si la disyuntiva era entre ricos y pobres y el tendría que haber ganado por más del 50 por ciento.

“La sociedad y la cultura brasileña no aceptan ese tipo de división”, advirtió ‘Lula’, presidente del país más desigual del mundo luego de Sierra Leona, de acuerdo con el ranking del Banco Mundial (BM).

Cuando ya estaba todo listo para la reelección, dos semanas antes surgió un escándalo de espionaje político, en el que fueron involucrados dirigentes del PT y amigos de “Lula”, como su asesor personal Freud Godoy y los

exsindicalistas y miembros del equipo de campaña José Lorenzetti y Oswaldo Bargas.

Ellos fueron nombrados por Gedimar Passos, militante del PT y abogado, cuando fue detenido con 800 mil dólares para comprar un dossier que contenía información sobre casos de corrupción en los que aparece involucrado el gobernador electo de San Pablo, José Serra, del PSDB.

Luego de este escándalo, en el que sólo está involucrado formalmente Hamilton Lacerda, portavoz del senador Aloisio Mercadante, candidato del PT contra Serra en San Pablo, “Lula” sólo perdió votos, sobre todo de la clase media más informada..

“El caso del dossier y la ausencia de ‘Lula’ al debate en la televisión con los candidatos, fueron algunos de los motivos de que tengamos que ir a un segundo turno”, dijo el ministro de Relaciones Institucionales, Tarso Genro.

El pasado 28 de setiembre, “Lula” da Silva estuvo jugando al misterio desde el Palacio de Planalto (sede del gobierno) de Brasilia. Los demás candidatos lo esperaban en Rio de Janeiro, en el último debate organizado por la TV Globo.

“Lula” envió un e mail a Globo argumentando que desistía del debate porque “allí no se iban a discutir ideas, sino iban a continuar las agresiones”. Y no se quedó en Brasilia, viajó hasta Sao Bernardo do Campo, la ciudad industrial donde hizo su carrera sindical y política, para el acto de cierre de campaña del PT.

“Cuando yo nací, estaba escrito que por mi clase social no podía llegar a la presidencia”, dijo el presidente a su seguidores. Entre ellos, con la camiseta de Corinthians y una bandera con la estrella roja del PT, se encontraba Zilmar Barros, de 21 años. “El es lo mejor que tenemos. No hubo inflación y hay más universidades en la periferia, en las áreas más industriales. Nuestra vida ha mejorado”, dijo Barros a Apro.

“Lula” le habla al pueblo caminando sobre la tribuna, nunca grita. Y allí dio un mensaje a la TV Globo, que ya le había declarado batalla por su desaire en el debate. “Por nada del mundo hubiera dejado de cerrar mi campaña acá, con los que me conocen desde siempre, mirándolos a los ojos, algo que puede hacer”, explicó “Lula” a sus militantes.

Al día siguiente del cierre de las campañas, ocurrió la peor tragedia de la aviación brasileña. Ciento cincuenta y cinco personas murieron entre pasajeros y tripulación al caer un avión de la aerolínea brasileña “Gol” que chocó en vuelo con un jet privado de una empresa estadunidense que se dirigía a Nueva York. El avión cubría el trayecto Manaos-Brasilia y cayó en medio de la selva amazónica, en Mato Grosso. El jet “Legacy” logró aterrizar en una base militar cercana, con un ala rota.

La tragedia silenció varias horas el enfrentamiento de campaña.

El equipo de campaña de “Lula”, comandado por Marco Aurelio García, anunció un cambio de estrategia radical para la segunda vuelta: el presidente participará de los debates televisivos. Se incorporaron los exministros Jaques Wagner, electo gobernador del estado de Bahía, sorprendiendo el bastión histórico de los conservadores, y el socialista Ciro Gomes, hombre fuerte del estado de Ceará.

Para cambiar la imagen en San Pablo fue convocada una figura histórica del PT, la exalcalde de la capital paulista, la sexóloga millonaria Marta Suplicy, con gran influencia en los sectores más pobres de la población, que en el estado clave, el mayor colegio electoral, han optado por Alckmin también.

“Lula”, con los gobernadores que lo apoyan, decidió hacer una campaña más callejera, aprovechando la movediza militancia del PT, y confrontar con el PSDB de Alckmin sobre “ética y corrupción”, comparando el gobierno de “Lula” con el de Cardoso.



Las alianzas

Son poco más de diez millones de votos los que están en pugna en Brasil. El 6,8 por ciento de los sufragios obtenido por Heloisa Helena, izquierdista del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el 2,4 de Cristovam Buarque, del centroizquierdista Partido Democrático Laborista (PDT).

Helena, expulsada del PT en 2003 porque como senadora se oponía a reformas económicas a las que llamaba de “neoliberales”, acusa a “Lula” de ser un “gangster”.

Buarque, quien fue ministro de Educación de “Lula” y gobernador del Distrito Federal de Brasilia, debe esperar el pronunciamiento del PDT, partido al que pertenecía el fallecido Leonel Brizola, histórico dirigente de la izquierda brasileña antes de la aparición del PT.

Otro que anunció el apoyo a “Lula” fue un “resucitado” de la política brasileña, el expresidente Fernando Collor de Mello, quien no aparecía en política desde 1992, cuando ante un juicio político renunció al cargo, acorralado por denuncias de corrupción y manifestaciones populares en su contra. Collor fue electo senador por el estado de Alagoas. “Ya cumplió su castigo de 14 años”, dijo “Lula”, buscando el apoyo de su adversario de las elecciones de 1989, cuando “Lula” aún era una bandera del socialismo y Collor levantaba la suya, del nuevo liberalismo que surgía tras la caída de la Unión Soviética.

El día después de la elección, Alckmin era un hombre más poderoso. Tomó de sorpresa al propio PSDB y al presidente “Lula”. “Ahora ‘Lula’ deberá aceptar que Alckmin es su rival y darle entidad. Hasta ahora, sólo el presidente se comparaba con el expresidente Cardoso”, opinó la analista política Lucía Hippólito.


"Alckmin ha largado en esta campaña con una ventaja favorable por haber conseguido una derrota en primer turno con sabor a victoria", evaluó, en entrevista con Apro, el profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), Fabio Reis.

Para Reis, el principal adversario de “Lula” fue el PT y los escándalos de corrupción.

"Alckmin recibió los votos de quienes se desencantaron del carisma popular del presidente ‘Lula", comentó Reis.

De acuerdo con Claudio Couto, de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC), "Alckmin tendrá más trabajo para intentar subir más de ocho por ciento, sacándole electores a ‘Lula’, que siempre están bien convencidos de que no cambiarán el voto".

Sin embargo, así como Collor de Mello decidirá a favor de “Lula” en segundo turno, a Alckmin lo han apoyado figuras con poco respeto en los grandes medios de Brasil, como el caudillo de Rio de Janeiro, el exgobernador Anthony Garotinho, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), la fuerza más grande de Brasil.

El recibimiento de Garotinho, considerado un populista y con acusaciones de corrupción, en el comando de campaña de Alckmin, provocó la retirada de apoyo de uno de los máximos aliados del candidato opositor: el alcalde de Río de Janeiro, Cesar Maia, del ultraconservador Partido del Frente Liberal.

“El voto no se rechaza. Mejor pregúntenle a “Lula” por el apoyo que le dará Collor”, dijo el expresidente Cardoso para defender que la lucha será voto a voto.

Lo cierto es que la oposición tropezó en la primera semana para hacer alianzas, cuando “Lula” va por su quinta campaña consecutiva en la segunda vuelta. En 2002, cuando le ganó a José Serra, del PSDB, también fue en segundo turno.

Las elecciones han arrojado un Parlamento en el que el futuro presidente deberá sí o sí negociar para formar coaliciones. En el Senado, el conservador PFL mantuvo su hegemonía junto con su aliado PSDB.

El PMDB tuvo la bancada más importante en la Cámara de Diputados, seguido por el PT. El PMDB, fundamental para la gobernabilidad del país desde que en 1985 se recuperó el sistema democrático, está dividido entre lulistas y opositores.

El primer grupo lo lidera el expresidente José Sarney (1985-1990), quien en esta elección fue reelecto senador por el estado amazónico de Amapá. El segundo grupo está dominado por la conducción del partido y Garotinho.

Al presidente “Lula” le alcanzarán menos de dos puntos porcentuales para lograr un segundo turno.

“La reelección se demoró un poco, es una cuestión de tiempo”, pronosticó el presidente.

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