"El Astillero"
Tic tac oaxaqueño
Juegos palaciegos de poder
APPO: resistir con todo
Tranquilidad magistral
Es la sublimación de la tesis ontológica del sexenio: ¿Y nosotros por qué?, se preguntan el Presidente de la República, el secretario de Gobernación, los senadores e incluso el virtual ex gobernador Ulises Ruiz. Pero es una sublimación transitoria y onerosa, pues sólo trata de ganar tiempo para ver quién políticamente se beneficiará más a costa del conflicto social oaxaqueño. Ping pong de las muy peloteadas instituciones: que dice Vicente que el problema es del ámbito estatal, que dice Abascal que el gobierno local no sabe poner orden, que dicen los senadores que no toman decisiones aún pero se declaran en periodo abierto de dizque consultas amplias, que dice el gobernador en capilla que la culpa no es nomás de él.
El jefe Manlio sale a escena para informar al respetable auditorio que el Senado sabe que hay bronca en Oaxaca pero que los poderes no han desaparecido (a fin de cuentas, los ganadores políticos del conflicto poselectoral son los priístas: en el caso de Ulises Ruiz siguen negociándolo a precio de oro, porque saben que el primero de diciembre los panistas necesitan convertir el plomo en algo medianamente brilloso). El cuasi ex jefe Vicente no encuentra mejores opciones de consejo que los senadores blanquiazules encabezados por la lumbrera política del sexenio, Santiago Creel, así es que el mandatario federal saliente se encierra con un puñado de esos legisladores en Los Pinos para trazar presuntas estrategias inteligentes (¡oh, my dog!: los panistas sólo podrán deponer a Ulises si hacen más ¿más? concesiones a los priístas voraces. El michoacano presunto patrón de Agustín Carstens quiere que el problema de Oaxaca sea resuelto hoy, hoy, hoy, pero el guanajuatense presuntamente resolutivo hace malabares para que ese hoy llegue después del primero de diciembre).
Mientras los grandes jefes políticos juegan a la papa política caliente en la ciudad de México, en Oaxaca ha decidido aumentar la presión la parte de la sociedad que se ha sublevado, sabedora de que las elites centralistas suelen desdeñar la realidad regional. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca conminó a sus seguidores a tomar el mayor número posible de alcaldías en la entidad, a que de las comunidades acudan refuerzos ciudadanos al zócalo de la capital oaxaqueña, a que se fortalezcan las barricadas urbanas y a que se mantenga una alerta máxima, pues los juegos de poder de la ciudad de México en cualquier momento pueden desembocar en un fracaso que lleve a las autoridades a optar por la violencia política.
Astillas
Muy formalito ha dicho el magistrado presidente del tribunal electoral federal que él y sus compañeros autores de la validación presidencial felipista se van de sus cargos "con la conciencia tranquila". Una conciencia, por lo demás, bastante dispareja, pues los señores magistrados -según declaración del calmo Leonel Castillo- anunciaron ayer mismo que devolverían al erario alrededor de 30 millones de pesos que forman parte de un fideicomiso creado para su ilustre retiro laboral. El susodicho magistrado presidente advirtió que es legal el mencionado fideicomiso pero que, ante las dudas suscitadas en segmentos sociales que consideraron abusiva esa prestación, los señores jurisperitos preferían eliminar tales inquietudes y devolver la millonada. Esa misma interpretación justiciera (en la duda, evita lo que sería mal visto) no fue aplicada por los celosos juristas al caso del conflicto más impugnado de la historia electoral mexicana. Autores de la célebre tesis del "nomás tantito", los magistrados en vías de jubilación reconocieron que en el proceso electoral federal se habían producido injerencias del Gerente de los Estados Unidos Mexicanos -un señor alto, de bigotito- y perversiones empresariales, pero aún así prefirieron que persistieran las dudas... La misma historieta de las dudas administrables está siendo montada en Chiapas. El 20 de agosto pasado habría ganado las elecciones estatales un priísta, Juan Sabines, que al no ser postulado por su partido se pasó en caliente al PRD, a cuyo nombre habría triunfado con una diferencia de apenas 0.53 por ciento. A pesar de que, aberrantemente, el dirigente nacional panista, Manuel Espino, había llamado a votar por José Antonio Aguilar Bodegas, candidato del PRI, el prianismo aceptó en lo inmediato el triunfo del nada poético Sabines, pero planteó un litigio electoral que ahora llevará a abrir 184 paquetes electorales. En aquel agosto caliente, con plantón capitalino y toda la cosa, le quedaba bien al prianismo aparentar respeto a una diferencia mínima (te lo digo, Sabines, para que lo entiendas Andrés Manuel). Pero ahora la semilla envenenada ha dado frutos para los estrategas del PRIAN: al aplicar el tribunal electoral federal la tesis lopezobradorista del voto por voto, el tal Sabines podría ser despojado de su triunfo o, con malignidad aplicada, los prianistas podrían aceptar que el candidato formal del perredismo tome el poder chiapaneco con una diferencia aún menor a la original del 0.53 por ciento, para demostrar así que el PRIAN sí sabe perder (sobre todo si el presunto opositor, el presunto Sabines, es en realidad un personaje absolutamente aceptable para el PRI y el PAN, un producto más de las ambiciones electorales perredistas contra natura) y no se inventa alternas gubernaturas legítimas ni protestas poselectorales... Hay críticas de carácter geométrico por el tipo de secretario de Hacienda que Felipe Calderón pretende nombrar; abundancia contrastante con la de un pueblo escuálido, dicen esas críticas dietéticas... ¡Oh, no: ahí viene el tecleador con sus historietas de confabulaciones! ¿Accidente en Coatzacoalcos que beneficia los apetitos de aquellos a quienes urge que el negocio petrolero mexicano sea puesto en subasta? ¿Riesgos operativos, problemas de mantenimiento, posibilidades de accidentes, porque no hay una conducción empresarial trasnacional? ¿O, en realidad, un simple infortunio sin significados ocultos?... Y, mientras el PRD y López Obrador le regalan un espacio a la autocrítica, ¡hasta mañana, en esta columna que escucha promesas calderonas como si la campaña no hubiese terminado: "el sexenio de la construcción", "la mayor infraestructura de la historia", etcétera!
Fax: 56 05 20 99 juliohdz@jornada.com.mx
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