Paramilitares de la Opddic traman provocaciones contra zapatistas.
Mientras la organización se consolida, continúa acciones contra municipios zapatistas
Sus patrocinadores, con intereses en los recursos de la selva, señala observadora internacional
San Cristobal de Las Casas, Chis., 17 de febrero. La Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic) ha encontrado gran facilidad para expandirse en ciertas áreas del territorio chiapaneco. Desde una posición política secundaria, Pedro Chulín Jiménez, "líder moral" (como lo llama la prensa oficialista) de la agrupación, parece tener los hilos de la provocación contra los municipios zapatistas.
Diputado federal suplente de Elmar Darinel Díaz Solórzano, legislador del PRI por mayoría relativa del distrito 3 de Ocosingo que ocupa en el Congreso de la Unión la curul L-449, Chulín ha sido diputado local, regidor del municipio de Ocosingo y presidente de la organización que fundó en mayo de 1998, apenas un mes después de que el 11 de abril encabezara un grupo civil armado que, junto con la fuerza pública y agentes del Instituto Nacional de Migración, atacó y destruyó la cabecera municipal autónoma de Ricardo Flores Magón en Taniperla, de donde él es originario.
Entonces se le asociaba con el grupo paramilitar "fantasma" Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista (MIRA), que operó en las cañadas de Ocosingo desde el gobierno interino de Julio César Ruiz Ferro, antecesor de Roberto Albores Guillén, a su vez mentor político de Chulín. La creación de Opddic lo condujo a la actividad política abierta. Sin embargo, las acciones violentas de la organización se generalizaron hasta 2002, cuando ya gobernaban el presidente Vicente Fox y el gobernador Pablo Salazar Mendiguchía.
El 13 de julio de 2002, el municipio autónomo Ricardo Flores Magón advertía "el peligro de que se forme y tome fuerza un nuevo grupo paramilitar en este territorio, con base de operaciones en el ejido Arroyo Granizo, donde un grupo de personas agrupadas en la Opddic buscan la división y hacen actos delictivos en contra de la población. Dirigida por Pedro Chulín Jiménez, conocido líder del MIRA, esta organización armada que creció bajo la protección del Ejército federal y de la impunidad que le ofrece el gobierno, bien se puede estar protegiendo hoy bajo la apariencia de la Opddic".
Semanas atrás, Arroyo Granizo comenzó a padecer atropellos de personas pertenecientes al PRI, cuando "ejidatarios que han dejado de asistir a las asambleas" establecieron una sede alterna, y lo primero que pusieron fue una cárcel ilegal en terrenos de la escuela comunitaria. El 29 de junio, la asamblea del poblado denunció: "Los miembros de la Opddic que se han autonombrado autoridades del ejido son las mismas personas que están cometiendo delitos en la comunidad: robos, violaciones sexuales a menores, amenazas, borracheras, consumen drogas y dañan muy en el fondo a nuestro pueblo. Además, con sus acciones están dividiendo nuestra comunidad e intentan enfrentarnos entre mismos hermanos indígenas. La asamblea se da cuenta de que se han convertido en un grupo creado por el mal gobierno para destruir la paz del pueblo y el ejido. También son los promotores del gobierno para meter en nuestras comunidades las políticas del Plan Puebla-Panamá, cosa que rechaza esta asamblea general del ejido".
En dicha comunidad de mayoría zapatista y de Xi'Nich, los tricolores se hicieron pasar por autoridades del ejido, sus "policías" utilizaban uniformes militares y realizaban ejercicios y patrullajes. En mayo de ese año, dos miembros de la Opddic, Alberto Sánchez Gómez y Rosendo Vázquez Mendoza, violaron por separado a dos niñas de la comunidad, pero "escaparon" de la justicia, protegidos por su organización.
En agosto de ese año, la agrupación de Chulín atacó el puesto de vigilancia y la comunidad zapatista de Nuevo Guadalupe Quexil (municipio autónomo San Manuel), en la que fue la primera de varias agresiones armadas en ese periodo, mientras mantuvo su núcleo en las cañadas de Taniperlas y Las Tazas.
Pero fue hasta 2005, cuando se acercó abiertamente al gobierno foxista a través del comisionado para la paz Luis H. Alvarez y se adueñó de la estructura priísta en Ocosingo, Altamirano y Chilón, que la Opddic pasó a la ofensiva, violentando a su propio partido en periodo electoral. Un columnista también tricolor acusaría en 2006: "Chulín se perdió en su propia ambición personal, y lo más grave es que ahora no le importa exponer a los indígenas de Altamirano para confrontarlos físicamente con los milicianos del EZLN" (Erisel Hernández Moreno, Chiapas Hoy, 8 de mayo).
Pero le rindió frutos. Este 14 de febrero, Pedro Chulín refrendó su oficialismo en declaraciones a la prensa local: "La política con que ha comenzado a gobernar Juan Sabines Guerrero es la más apropiada, a la que nos sumamos los indígenas que buscamos para Chiapas un mejor futuro". Como organización indígena y campesina, agregó, "brindamos nuestro apoyo total al nuevo gobierno; vemos en el interior de nuestras comunidades la tranquilidad y el trabajo a favor del desarrollo y por eso no dudamos en sumarnos al proyecto".
La observadora internacional Mary Ann Tenuto Sánchez, conocedora de la situación en las cañadas desde hace años, escribe esta semana en los medios alternativos: "Los que jalan las cuerdas a la Opddic y le inyectan dinero son quienes tienen interés económico en los recursos naturales de la selva Lacandona: maderas preciosas (caoba y cedro), agua (para generar energía o embotellar), petróleo, ecoturismo y biodiversidad".
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No a la violencia paramilitar de la OPDDIC en Chiapas
varios colectivos de Alemania y Suiza*
Al gobierno de México
Al gobierno de Chiapas
A la sociedad civil de México y en el mundo
Observamos con gran preocupación las actividades que se desarrollan y
se emprenden por parte de la organización OPDDIC (Organización para
la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos) en Chiapas,
México. Estas actividades que son toleradas por el estado amenazan a
los habitantes de varias comunidades indígenas, algunas de ellas
comunidades autónomas e indígenas en la Selva Lacandona y en la Zona
Norte de Chiapas.
Como organizaciones civiles, organizaciones de derechos humanos,
colectivos de solidaridad y ciudadanas y ciudadanos individuales
pronunciamos :
1. Rechazamos cualquier forma de violencia paramilitar así que el
hostigamiento y las amenazas en contra de comunidades rurales por
parte de la OPDDIC.
2. Rogamos al Gobierno Federal de México y al Gobierno del Estado de
Chiapas distanciarse de estos grupos criminales y retirar
inmediatamente su apoyo tanto en términos materiales como logísticas
y otras formas de apoyo informales.
3. La desestabilización de una región entera no contribuirá a una
solución del conflicto que viene perdurando desde 1994, sino al
contrario, llevará a agudizar la crisis política, social y
humanitaria en Chiapas.
4. La llamada Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas
y Campesinos (OPDDIC) integra los grupos paramilitares como Paz y
Justicia, Los Chinchulines y MIRA. Observamos con preocupación que se
está formando una peligrosa y violenta constelación de estos grupos,
que se dirige en contra de comunidades que apoyan al movimiento
zapatista y además contra activistas del movimiento ecológico y de
derechos humanos.
5. No vamos a dejar de observar las actividades de la Organización
para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos, que
consideramos como elemento del nuevo plan de la contrainsurgencia.
Vamos a procurar que nuestra protesta en contra de esta injusticia y
los crímenes cometidos se haga escuchado y públicamente visible.
Atentamente,
* Integrantes de CAREA, Pax Christi, Chiapas98, Gruppe B.A.S.T.A., la red Ya-Basta-Netz de Alemania y Solidaridad Directa con Chiapas de Suiza.
18 de febrero del 2007
By: CMI Chiapas.
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