Esta semana en Proceso.
El imperio de los Bours
Al amparo del gobierno de Sonora, en sólo tres años el clan Bours –que incluye a hermanos y primos del mandatario Eduardo Bours Castelo– ha multiplicado su poder económico y político, tarea que a sus antecesores les llevó 50 años, destaca Proceso en su edición 1581.
Si bien la familia Bours se inició en los negocios a principios de la década de los cincuenta con Bachoco, una compañía productora y comercializadora de productos avícolas, muchos de los giros comerciales en los que ha incursionado el clan familiar despegaron desde que Eduardo Bours –“El Chapo”, como lo llaman en la entidad– asumió la gubernatura.
Una de esas empresas, edificadora Pibo –acrónimo de Pineda-Bours–, por ejemplo, es la encargada de construir los tramos carreteros al gobierno estatal; otras, como Boza –Bours-Zarazoza–, se benefician de los apoyos crediticios que les otorga Nacional Financiera (Nafinsa), mientras que algunos familiares se beneficiaron con la venta de unidades de transporte urbano cuando el gobierno ordenó cambiar el parque vehicular; otros vendieron al gobierno grandes extensiones de tierra en condiciones ventajosas.
Lo más escandaloso: varios de los hermanos del mandatario ganaron el concurso de licitación para operar la empresa exportadora de camarón más importante del país: Ocean Garden, así mismo obtuvieron la autorización para crear una intermediaria financiera.
El caso más notorio es el de Ricardo Bours Castelo, a quien el mandatario colocó en la paraestatal Operadora de Proyectos Estratégicos, constituida como fideicomiso público ante el banco J. P. Morgan, S.A., que se encarga de aprobar todo tipo de obra pública en la entidad.
Nada los detiene. Lo mismo están en la nómina del gobierno de Sonora que al frente de empresas que se expanden rápidamente. Las tropelías del clan Bours son múltiples: despojos, negocios ilícitos, amenazas… terror. Todo ello con la venia de su pariente, el gobernador Eduardo Bours Castelo, expone el reportaje que aparece este domingo 18 de febrero en Proceso.
Si bien la familia Bours se inició en los negocios a principios de la década de los cincuenta con Bachoco, una compañía productora y comercializadora de productos avícolas, muchos de los giros comerciales en los que ha incursionado el clan familiar despegaron desde que Eduardo Bours –“El Chapo”, como lo llaman en la entidad– asumió la gubernatura.
Una de esas empresas, edificadora Pibo –acrónimo de Pineda-Bours–, por ejemplo, es la encargada de construir los tramos carreteros al gobierno estatal; otras, como Boza –Bours-Zarazoza–, se benefician de los apoyos crediticios que les otorga Nacional Financiera (Nafinsa), mientras que algunos familiares se beneficiaron con la venta de unidades de transporte urbano cuando el gobierno ordenó cambiar el parque vehicular; otros vendieron al gobierno grandes extensiones de tierra en condiciones ventajosas.
Lo más escandaloso: varios de los hermanos del mandatario ganaron el concurso de licitación para operar la empresa exportadora de camarón más importante del país: Ocean Garden, así mismo obtuvieron la autorización para crear una intermediaria financiera.
El caso más notorio es el de Ricardo Bours Castelo, a quien el mandatario colocó en la paraestatal Operadora de Proyectos Estratégicos, constituida como fideicomiso público ante el banco J. P. Morgan, S.A., que se encarga de aprobar todo tipo de obra pública en la entidad.
Nada los detiene. Lo mismo están en la nómina del gobierno de Sonora que al frente de empresas que se expanden rápidamente. Las tropelías del clan Bours son múltiples: despojos, negocios ilícitos, amenazas… terror. Todo ello con la venia de su pariente, el gobernador Eduardo Bours Castelo, expone el reportaje que aparece este domingo 18 de febrero en Proceso.
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Televisa: nueva mancuerna
De manera paulatina y a través de la compra de Certificados de Participación Ordinaria (CPO) en el mercado bursátil internacional, el exbanquero Roberto Hernández se convirtió en menos de un año en el segundo accionista más importante de Televisa, con cerca del 11% de la compañía, desplazando a Carlos Slim, su rival más importante en el mercado de telecomunicaciones, que se ha quedado con menos del 2% del control de la firma, destaca Proceso en su edición 1581.
La recomposición accionaria en el consorcio de medios más importante de México y América Latina ha convertido a Roberto Hernández en el nuevo aliado de Emilio Azcárraga Jean en las batallas por cerrar la competencia a una posible “tercera cadena” televisiva en México y a otros inversionistas que busquen difundir contenidos audiovisuales; por controlar en este sexenio los organismos reguladores del sector –Secretaría de Comunicaciones y Transportes y Cofetel–, y por rivalizar con Telmex en el mercado de la telefonía celular e internet.
La guerra soterrada entre Televisa y Telmex por el mercado de telecomunicaciones se ha agudizado con el mayor poder que adquirió Roberto Hernández en el negocio de Azcárraga Jean, al tiempo que Carlos Slim ha disminuido su participación en el consorcio y ha invertido en el mismo lapso 2 mil 900 millones de dólares para comprar compañías de televisión por cable en Colombia, Brasil, Perú y Argentina, además de que proyecta invertir este año 800 millones de dólares más en Sudamérica con el objetivo de rivalizar con sus exsocios en la difusión de contenidos.
En contraste, el avance más reciente de Roberto Hernández fue la adquisición, por 110 millones de dólares, de 18 millones 100 mil CPO de Televisa, pertenecientes al paquete accionario que controlaban la madre y la hermana de María Asunción Aramburuzabala, cabeza del Grupo Modelo. Este paquete le permite a Roberto Hernández y a su socio Alfredo Harp Helú tener una parte de las acciones más valiosas de la compañía, desplazando por completo a Carlos Slim, explica el reportaje que aparece este domingo 18 de febrero en Proceso.
By: Proceso online.
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