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TABASCO Y OAXACA, DESENLACE CRUCIAL

Tabasco y Oaxaca, desenlace crucial
josé gil olmos

México, D.F., 11 de octubre (apro).- La elección a gobernador en Tabasco y la posible caída del gobernador de Oaxaca, son dos hechos políticos que circunstancialmente coinciden y que habrán de tener un peso importante en el desarrollo de la política nacional, sobre todo en la forma en que saldrá el presidente Vicente Fox y en la llegada de Felipe Calderón a Los Pinos.



Tabasco y Oaxaca, dos estados del sur del país marcados por fuertes cacicazgos políticos, se encuentran emparentados de alguna manera con el madracismo, y sus respectivos rumbos políticos se habrán se definir este fin de semana.

El próximo domingo se realizan las elecciones a gobernador, alcaldías y diputaciones locales en Tabasco. El perredista Raúl Ojeda y el priista Andrés Granier se disputan la elección al gobierno y ambos representan dos corrientes importantes que buscan la sobrevivencia a nivel nacional.

La victoria de Ojeda representaría un mensaje de fortalecimiento del movimiento político nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador a través del Frente Amplio Progresista (FAP), sobre todo frente al fortalecimiento de la derecha con la unción de Calderón a partir del primero de diciembre. Pero una derrota sería un fuerte descalabro al movimiento lopezobradorista, porque se trataría de un fracaso en su propia tierra, que sus opositores de PAN y PRI capitalizarían con creces.

Es por ello que Andrés Manuel tiene un especial interés en esta elección y el que le haya echado el hombro a Raúl Ojeda en las últimas semanas, esperando empatar las encuestas que en los meses anteriores favorecían al candidato del PRI, Andrés Granier, hasta con diez puntos, pero que en las últimas semanas se ha ido cerrando la distancia hasta llegar a sólo dos puntos.

Pero si para el PRD y López Obrador la victoria en Tabasco es importante, para el PRI es fundamental obtener una victoria, tras la reciente derrota en Chiapas y frente al riesgo de perder al gobernador de Oaxaca, luego de la grave crisis que enfrenta en los dos últimos meses.

La victoria de Granier, quien no era el candidato de Roberto Madrazo, podría significar un respiro para el tricolor y una bocanada de aliento ante las presiones que está recibiendo en el Congreso de la Unión, luego del escándalo en que se vio involucrado su coordinador en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, por sus relaciones con el empresario Kamel Nacif.

Mantener Tabasco es fundamental para el PRI en estos momentos en que en el Senado de la República y en la Secretaría de Gobernación se juega la cabeza de Ulises Ruiz en Oaxaca.

Si pierden en Tabasco el domingo, la semana que entra llegarán debilitados al Senado, donde se habrá de elaborar un nuevo dictamen sobre la ausencia de poderes en Oaxaca.

Es aquí donde vemos que los tiempos políticos se empatan en Oaxaca y Tabasco, y curiosamente de lo que ocurra en las dos entidades también se definirá el futuro político de Roberto Madrazo, pues en su estado natal se juega el destino de una corriente interna que en el PRI no ha cuajado y que fracasó el pasado 2 de julio, el llamado “madracismo”. Curiosamente, además en Oaxaca se juega el futuro de uno de los principales operadores de esta corriente, Ulises Ruiz, quien en los últimos años ha sido uno de sus principales apoyos económicos.

Paradójicamente, las consecuencias de lo que ocurra el domingo en estas dos entidades, también se reflejarán en la salida del gobierno de Vicente Fox y la entrada de Felipe Calderón.

Si en Tabasco gana Ojeda y López Obrador, el panismo en Los Pinos tendrá mucho de qué preocuparse, porque desde el inicio del sexenio tendrán que enfrentar a un adversario fuerte que, desde la izquierda, no dejará que avance su proyecto privatizador del sector energético, y tampoco las reformas hacendarias basadas en aplicar impuestos en medicinas y alimentos.

Y si en Oaxaca cae Ulises Ruiz, Fox y Calderón tendrán que revisar sus nuevos esquemas de negociación, tanto con el PRI como con el PRD, quienes habrán de convertirse en fuertes opositores a sus proyectos de gobierno para los próximos seis años.

Es así que una buena parte del futuro del próximo gobierno presidencial, de PRI y PRD, está íntimamente relacionado con lo que ocurra en Oaxaca y Tabasco.

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